
Evidentemente poco puede hacerse con supervisión casi nula por parte de ámbitos municipales; sin la ayuda de los vecinos y las empresas de contenedores.
Luego de tantas idas y vueltas para comenzar a erradicar el nuevo basural que estaba creciendo en barrio La Perla, uno nuevo, ubicado nada menos que al costado de uno de los ingresos principales de la ciudad, está cada vez más grande. Casi como una bienvenida a los turistas que arriban por ruta C45 desde el este, frente al Cementerio municipal y a pocos metros de El Crucero, un terreno baldío se está convirtiendo en depósito de material que vierten los camiones que transportan contenedores.
Este lote, de propiedad privada, fue alquilado por un vecino a estas empresas, pero el mismo titular del terreno habría desistido en las últimas horas debido a que «la cosa se está poniendo fea, el acuerdo era que arrojaran escombros, pero ya están tirando todo tipo de residuos”, manifestó.
Más allá de pormenores, lo cierto es que la Municipalidad tendrá que tomar cartas en el asunto antes de que el basural siga creciendo, y los vecinos comiencen a hacer escuchar sus reclamos.
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