«Antes tenía una bici que era cualquier cosa» dice entre risas Don Lorenzo, un histórico afilador de cuchillos. Y es que los años en el oficio lo llevaron a la necesidad de acondicionar sus herramientas y recursos de trabajo para hacer más llevadero su andar. Un andar que a pesar de sus 64 años no ha mermado con el correr del tiempo.
RESUMEN lo sorprendió en las calles de Alta Gracia y en plena acción. Esa convivencia entre lo actual y este oficio legendario fue lo que llamó poderosamente la atención y a más de uno le puede hasta resultar nostálgico. Sin embargo, lo que más sorprendió fue ver al hombre a bordo de una bicicleta adaptada para el oficio, la cual posee una especie de ruedas de metal giratorias en su frente, que funcionan con un pequeño motor y que sirven para que el hombre afile sus cuchillos.
«Empecé a los veintipico de años. Tengo más de 40 en esto. Vivo en Córdoba desde hace diez años, yo soy de Tucumán«, cuenta Lorenzo Reyes a quien se le notan los años sabiduría y experiencia que lleva en su espalda. El hombre recorre localidades como Cosquín, Carlos Paz, Unquillo, La Falda, entre otras; aunque cabe aclarar que lo hace en colectivo llevando el rodado en la bodega y descargándolo en cada destino. Ayer, precisamente, le tocaba trabajar en Alta Gracia donde, según aseguró, no necesita tocar la flauta debido a que ya lo conocen y se ha hecho de clientes fijos.
«Me gusta lo que hago porque es un oficio tranquilo, manejo mis tiempos y se puede descansar«, concluyó el hombre quien a la vez remarcó que el de afilador no es un oficio perdido sino que hay muchos jovenes que se dedican a eso.
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