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El 2019 dejó tres perpetuas en casos que helaron la sangre

El años saliente dejó tres condenas sobre hechos que estremecieron a nivel país y ocurrieron en el departamento Santa María.

Con saña y alevosía

En un juicio abreviado llevado adelante el 26 de abril del corriente en la Cámara 5ta del Crimen de la ciudad de Córdoba, Héctor Abel Gómez fue condenado a la pena de prisión perpetua. El joven fue acusado de ser el único autor material del aberrante femicidio de Silvia Maddalena, una joven odontóloga de esta ciudad quien también fue abusada sexualmente.

El hecho

La macabra escena del asesinato fue descubierta por el padre de la víctima, en el consultorio de la joven. Al notar que su hija no le respondía el teléfono y su auto permanecía estacionado frente al consultorio, el hombre decidió entrar y allí se encontró con el horror. Era sábado, alrededor de las 16:00 hs cuando la hallaron, ya sin vida y con aparentes rasgos de abuso sexual y golpes en el rostro.

El lugar estaba desordenado y faltaban algunos elementos como su teléfono celular y la computadora. Nadie podía entender lo sucedido. Silvia Maddalena, una joven profesional de 37 años, había estado conectada en el Whatsapp hasta las 20:00 hs aproximadamente. Hay registros de que atendió a una mujer alrededor de las 18:00 hs, la cual sería su última paciente. Nada hacía su poner lo peor.

La luz encendida del consultorio cuando ya se había hecho de noche tampoco llamó la atención porque solía quedarse a realizar algunos trabajos, según advirtieron allegados. Sin embargo, esa luz era la evidencia de que lo peor estaba ocurriendo adentro. Ingresaron a su consultorio sin forzar la puerta y acabaron con su vida. Allí, frente a una de las avenidas más transitadas de Alta Gracia, en un consultorio que da a la vereda, donde van y vienen cientos de personas, ocurrió el homicidio.

La mató a mazazos y la descuartizó 

A Ana Rosa Barrera la asesinaron de una manera brutal y con una crueldad poco antes vista, en mayo de 2017 en la localidad de Los Cedros. Por el caso, en abril del corriente condenaron a prisión perpetua a Marcelo Ferraretto, pareja de la víctima quien se había autoresponsabilizado por el caso ante el fiscal de la causa y luego, en el juicio.

El hecho,  causó estupor además por cómo se dio la crónica de lo que en primera instancia parecía tratarse de la típica salida de la casa, de una mujer que previamente había mantenido una discusión con su pareja. Por lo menos, esto fue lo que Marcelo Ferraretto (59), su concubino, hoy condenado a prisión perpetua, quiso pintar en los medios y ante el fiscal de la causa, Alejandro Peralta Ottonello.

Barrera vivía con su victimario en un domicilio de la localidad de Los Cedros. La mujer de 46 años, era madre de cuatro hijos y trabajaba en la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia. Ferraretto, se desempeñaba como tapicero.

Los hechos
En la mañana del martes 30 de mayo, el hombre denunció la desaparición de su pareja y desde allí inició un recorrido por más de eufórico, podría describirse, en los distintos medios de comunicación; donde refería a una discusión que ambos habían tenido en la noche del domingo, la última vez que, según Ferraretto, la había visto. “Cuando me desperté ya no estaba, le dejé mensajes en su celular y en messenger pero no se nada”, había contado el hombre.
Hasta allí la supuesta desaparición no tenía nada de peculiar. Pero, lo que éste agregó después, alegaba a demasiada casualidad. Ferraretto confesó que durante la primera jornada había hallado el auto de su mujer abandonado con la llave puesta, inesperadamente cuando salía de una farmacia en la zona de circunvalación. “Tenia la esperanza de que regresara por eso no hice la denuncia ayer”, había explicado.

Pero, las incongruencias de todo lo relatado, sumado a que las pericias en su celular no coincidían con su testimonio (cambiante por momentos), lo dejaron en evidencia y Ferraretto terminó confesándole al fiscal que él había matado a su pareja. Después, dio detalles de donde estaba el cuerpo y allí, el hecho se tornó mucho más escalofriante, La mujer estaba en un pozo de un basural ubicado en cercanías de Barrio Santa Isabel, descuartizado en varias partes.

Otra condena para un femicidio donde todo estaba dicho de antemano. Para la Justicia, seguramente fue un trámite; para la familia, un poco de consuelo.

Matar a su propia hija 

El juicio contra Brenda Carranza y Miguel Godoy comenzó el 19 de noviembre de 2019 en la Cámara 9º del Crimen y con jurado popular, en lo que era una causa caratulada como homicidio calificado por el vínculo y alevosía; acusados de asesinar a golpes a su pequeña hija de apenas 6 meses de edad.

La audiencia final fue el 11 de diciembre donde los jueces hallaron culpables a ambos padres por el caso y los condenó a la pena de prisión perpetua. Esto, aunque la defensa de la madre había pedido que se consideraran circunstancias extraordinarias de atenuación en la conducta de la joven, como un modo de bajar la escala penal y evitar la perpetua. La exculpación de la mamá pasaba por un planteo de género, sosteniendo que ella estaba sometida por Godoy.

El hecho 
La mañana del sábado 10 de marzo de 2018, la niña de apenas seis meses de vida fue traída desde Anisacate, lugar donde vivía con sus padres, al Hospital Illia con graves traumatismos que la mantenían inconsciente. Luego de examinarla, los médicos corroboraron que Martina presentaba traumatismo de cráneo, hematomas en distintas partes del cuerpo y hasta hemorragias, por lo que casi de inmediato fue derivada al Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba, aunque en esa instancia su estado era irreversible y ya tenía muerte cerebral. Al día siguiente, minutos después de las 20, falleció.
En ese entonces, el fiscal Emilio Drazile, imputó a los jovenes padres por el infanticidio. Acusación que fue reafirmada una vez se supo que Martina había fallecido por un golpe en su cabeza. Sin embargo, lo más terrible vino después cuando la autopsia reveló que ese traumatismo era uno de “los tantos” que sus padres le habían asestado en su corta vida. Lo que sumó la alevosía.

Fue la conjetura principal que sostuvo la Justicia local y si bien la acusación legal es la misma para ambos, es el padre el que está signado como quien “le aplicó directa y letalmente golpes que devinieron en su muerte”. En el caso de la madre, ésta “consintió pasiva y deliberadamente la violencia física contribuyendo a ese desenlace”. “Acá hubo una desnaturalización de su posición de protector natural”, habían indicado fuentes judiciales a RESUMEN. Por tal motivo, la Justicia entendió que ambos padres debían responder ante la misma imputación, ya que, según explicaron, el acto no podría haberse dado sin la colaboración, ya sea pasiva o activa, de un segundo.

Tres casos donde la Justicia fue irrefutable.

Otros casos 

Otro de los crímenes resueltos en este año fue el del «chachero» de Lozada. El hombre asesinado de dos disparos en 2017  por la ex pareja de su novia. O la condena por «Femicidio Vinculado» al sujeto que le propinó un golpe mortal al nuevo novio de su ex mujer en la Estancia La Praviana de La Serranita, también en 2017. Sin dejar de mencionar la condena a 11 años de prisión que recibió el empleado de la Comuna de Loa Aromos, por golpear y prender fuego a su ex pareja en octubre de 2018.

A juicio

El joven que asesinó de dos disparos a su padrastro en Bº Poluyán finalmente fue declarado imputable y enfrentará un juicio oral por el Homicidio. Quienes también llegarán al banquillo de los acusados, son las maestras acusadas de Homicidio Culposo en la muerte del pequeño Teo Rodriguez, quien se ahogó en una pileta de Anisaacte en enero de 2018. Tras varios recursos presentados por las docentes, la Justicia falló a favor de la querella y no evitarán el juicio.

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