El reparto de recursos, las posibilidades de iniciativas público privadas, las alternativas de financiamiento y las experiencias en el cumplimiento de la gestión, fueron los temas claves del I Encuentro de Secretarios de Economía y Finanzas de municipios de Córdoba organizado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE).
José Simonella, presidente del CPCE, describió el escenario bancario para «aclarar hasta dónde se pueden esperar soluciones» desde ese segmento a los municipios y “la necesidad de contar con instrumentos contables y financieros confiables a los fines de tomar decisiones correctas”.
En este punto intervino Edgar Pérez, Secretario de Economía y Finanzas de nuestra ciudad, solicitando a la entidad profesional la elaboración de un proyecto de ley sobre el funcionamiento de los Tribunales de Cuenta municipales.
En diálogo con Resumen, el contador Pérez explicó los objetivos de este proyecto, considerando que el tema de los conflictos a nivel comunal, entre jefes comunales y tribunos, en algunos casos hasta del mismo color partidarios de la gestión, están al orden del día en nuestra región y que, en algunos casos, se apela al desconocimiento en materia contable.
Hemos visto una serie de denuncias por parte de los Tribunales de Cuentas a los jefes comunales. ¿La ley que propone se debe de alguna forma a la urgencia de esas problemáticas?
No, porque es una inquietud que manifesté a la hora de elaborarse nuestra Carta Orgánica Municipal en 1999 y además se lo manifesté personalmente ante las autoridades del Consejo Profesional de Ciencias Económicas en varias oportunidades.
Entonces, ¿a qué responde la necesitad de esta ley?
El Consejo Profesional tiene entre sus funciones controlar la correcta aplicación de las normas técnicas que incumben a nuestra actividad. Como toda profesión, la ciencia económica tiene particularidades, normas y principios que aprendemos –a veces con mucha dificultad- en nuestro paso por la universidad, y son esas cuestiones las que le brindan la seguridad a la sociedad de que los temas económicos que son revisados y controlados por un profesional tienen la rigurosidad necesaria para que la misma sociedad pueda tomar decisiones correctas en este sentido. Diferentes normativas exigen que un balance de una sociedad, cualquiera sea su envergadura o importancia, debe ser revisado por un profesional matriculado, quien al hacer la tarea aplica todos estas normas y principios que cité antes. Más aún, un comerciante individual o una persona que ejerce un oficio en más de una oportunidad debe recurrir a los servicios de un contador para solicitar una certificación de ingresos o alguna otra tarea; porque se le exige esto. Estas exigencias, les manifesté en el encuentro, no se plantean en el ámbito público y es necesario revisarlo.
¿Esto implicaría entonces que sólo un contador podría formar parte de un Tribunal de Cuentas?
No es ese el espíritu de la ley que propuse. Lo que intento es que por lo menos uno de los miembros sea un profesional de ciencias económicas, o que haya un personal técnico en el Tribunal de Cuentas, por ejemplo un secretario que lo sea.
De igual manera, esto garantizaría un mayor control…
Exacto. Sabemos que el Tribunal de Cuentas en nuestra ciudad, tal como establece nuestra Carta Orgánica Municipal, como así también en otras localidades que se rigen por la Ley Provincial 8102, entre sus atribuciones tiene: la revisión de las cuentas generales y de balances, la realización de auditorías, la fiscalización de operaciones financieras, entre otras. Cada una de esas tareas implica la necesidad de conocimiento de normas y principios técnicos. Con más conocimiento, habrá más control y el control es uno de los pilares de la vida republicana. Hoy nuestros tribunos se ven sometidos a un importante esfuerzo de análisis y estudio, que quizás se vería aliviado si contasen con un profesional.
¿Qué respuesta tuvo, entre sus pares, frente a la propuesta? Es una problemática compartida?
Totalmente, el presidente del Consejo Profesional se comprometió a tratar el tema en la comisión que se aboca a este tema a la que fui especialmente invitado. Es más, en el panel del encuentro, los colegas de otras ciudades al narrar sus experiencias en la tarea, mostraban las dificultades a las que se ven sometidas las finanzas por no contar con un control profesional. Hubo el claro ejemplo de una ciudad donde no se presentaban los balances, los tribunos de cuenta no los solicitaban y se trabajaba en una base incierta con importantes desvíos de fondos; cuando hubo un cambio de gestión y se encontraron con tamaña complicación además de los problemas técnicos se verificó la falta de claridad en el uso de los fondos públicos, surgen sospechas en situaciones que quizás no configuran un delito y que podrían haberse evitado.
La opinión de un Tribuno
Javier Gutiérrez, vocal del Tribunal de Cuentas de Villa Los Aromos, y uno de los primeros en denunciar irregularidades, explica Resumen que son varias las problemáticas que atañen a la función de ese órgano, por sobre todo en las comunas más chicas. Considerando los conflictos y las denuncias de los últimos meses en las localidades de La Bolsa, Los Aromos, Potrero de Garay y La Paisanita, se fue armando “un grupo de Tribunos de Cuentas, por fuera de la asociación provincial, porque no es solo un tema de falta de capacitación el que tenemos, sino que es un tema de formas y una cuestión de voluntad política.
No tenemos grandes dificultades con respecto al trabajo de fiscalización que cumplimos, sino que muchos compañeros nuestros no tienen espacio, no acceden a los libros contables, se reúnen de manera irregular”, afirma Gutiérrez, quien a la vez subraya que hay una nueva concientización acerca del rol: “Muchos tribunos están entendiendo ahora cuál es la responsabilidad de la firma, porque el Tribunal de Cuentas es el único pasible de causas penales, siendo un ente fiscalizador. A partir de esta nueva camada de tribunos se ha cambiado el paradigma”.
Finalmente, con respecto al posible desconocimiento en materia técnica, aclara: “Los tribunos entramos por lista política, no somos contadores, y la no profesionalización de la tarea así como no tener respaldo atenta contra nuestro trabajo, pero de toda manera las dificultades mayores las encontramos en un terreno político y no técnico”