La realidad es que lo realizado por los concejales del radicalismo últimamente, particularmente por Leo Morer, no tiene ningún tipo de productividad, son manotazos de ahogado y de desesperación porque cada cosa que haga un poco de ruido, les sirve. Todo el mundo sabe de dónde sale la plata, ¿qué quieren? ¿que los chicos no puedan tener a Cordera? Ellos tienen un integrante de su partido dentro del Tribunal de Cuentas; si hubiera algo mal hecho, debería haberlo advertido. En algún momento me enojaron estas cosas, hoy lo veo desde otro punto de vista. Noto cierta desesperación y si la veo yo, la notan los vecinos también. Es muy difícil contrarrestar ocho años de inactividad. Hay temas en los que podemos trabajar en conjunto como el tema del gas que me parece una barbaridad lo que se le cobra a la gente y podemos acompañarlo; hay otros en los que no nos parece productivo. Los fondos de lo que se va a pagar a Cordera es una cuestión que va a manejar el Ejecutivo, pero son cuestiones pequeñas. Es una cuestión que va a decidir el oficialismo porque la gente decidió así. El 10% de los pedidos de informe en estos dos años y medio tuvieron sustento; el resto, no.
Pienso que de los tres concejales radicales, el único que ha quedado bajo el ala de Mario (Bonfigli) es Leo (Morer), y eso habla de cierta comodidad, porque si la protección se corta, el pajarito se muere y te agarra el sol y la lluvia y si no tenés la fuerza para salir adelante, se te va a hacer muy cuesta arriba.”
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