Los que dicen el celular dispersa las relaciones humanas debían haberse dado una vuelta por el Concejo hoy. Allí se presentó un Ariel Salgado, alias “Champi”, reconocido militante radical y empleado municipal a increpar al Viceintendente Saieg no bien se aprestaba a arrancar la sesión.
Las razones ya son conocidas y llegaron a los medios provinciales: el sábado pasado Juan Manuel Saieg fue a la fiesta de los 10 años del Alta Gracia Rugby Club y de allí se retiró sin celular.
A partir de ese momento hay más de una versión: la de Saieg es que se dirigió como una ciudadano común a la Unidad Judicial, hizo una denuncia por extravío y después simplemente se fue a su casa a solucionar los temas de línea, bloqueo y demás.
Ya el lunes por la mañana, empezaron a circular por los pasillos llenos de víboras, otras versiones: Saieg habría estado muy preocupado por el destino de su celular y sospechaba, animosamente, un hurto “adrede”; es decir, por el contenido y no por el aparato.
El lunes por la noche la Policía Departamental, Brigada de Investigaciones con una orden del Fiscal, realiza un allanamiento en Barrio Liniers en la casa del “Champi”Salgado. Además, se realiza otro operativo en el negocio de su esposa. Eso generó la indignación de la familia que se vio invadida y expuesta; y acusada de ladrones, por sobre todo.
“Champi” sintió que, al haber 400 invitados a la fiesta del AGR, eso debía ser seguramente una arbitraria persecución política. Desde la Departamental y la Fiscalía en tanto aseguraron que en ningún momento la denuncia fue direccionada hacia nadie y que se trató de una investigación en base a geolocalización. Y además, afirman que es normal un allanamiento a las 24 horas por extravío o posible hurto.
Llegamos al miércoles y “Champi” se presenta en el Concejo. Los medios estaban avisados y de la mano de referentes radicales, así que por más que el enojo haya sido legítimo, hubo politización del evento, cae de maduro, y no es mediática como siempre conviene hacer creer.
“En 24 horas conseguiste que me allanaran la casa. ¿Cómo hiciste? Usaste el poder político.
Yo soy un vecino común y corriente con la única diferencia que soy radical y no voy a dejar de serlo. (…) No tuviste lo que hay que tener como ‘hombre’ para llamarme por teléfono y preguntármelo. Quiero que Usted Señor Viceintendente me explique a mí por qué hizo allanar mi casa. Tengo cuatro hijos menores de edad, cuando llegó la policía a mi casa yo no estaba. Todo esto por un teléfono. Pedí el expediente y sigue en sumario, acá en los papeles dice que no tiene Fiscalía de introducción”, le gritó “Champi” a Saieg mientras éste ocupaba su silla de Presidente del Concejo buscando mantener la calma.
Acto seguido, se reunieron a solas en las dependencias del Bloque de UPC y allí, estalló la amistad. Se abrieron las puertas después de más de media hora para que entraran las cámaras y los micrófonos.
“No lo conocía personalmente a Salgado, lo único que tenía es su nombre como lo suelen llamar. Bajo ningún punto de vista quise perjudicar a una persona, por eso charlamos. El estaba muy fastidiado por la situación que vivió y yo lo comprendo. Manifesté mis disculpas personales. No estaba dentro de mi voluntad que tuviese esta derivación, mi alcance como vecino es hacer la denuncia para que se inhabilite el teléfono. Todo lo demás es el accionar producto de la investigación policial y judicial. No hay dentro de mi persona ningún privilegio ni acción que se haya hecho parte de mi lugar como Viceintendente. En este sentido yo le manifesté a el que lamentaba muchísimo lo que había pasado. Creo que nos hemos entendido acá con el ‘amigo’, estaba muy fuera de mis ideas perjudicar a una familia, a un militante radical. Nunca voy a tener el objetivo político de menoscabar la presencia de un vecino que está desarrollando una actividad política”, aseguró Saieg.
“Juan me ha parecido una persona muy sincera. Me ha pedido disculpas, de forma personal y públicamente. No queda más nada que decir; fue un malentendido. Le agradezco por haber tenido la voluntad de pedir disculpas públicas” cerró «Champi», más que satisfecho.
El final, una foto con un abrazo. Nació una amistad y tal vez UPC haya ganado a otro “compañero”.