Hoy y con mucha nostalgia, para Anita Uranga llegó la hora de decir adiós de ese lugar que anticipa, va a extrañar: Apross Alta Gracia. Y claro, no es para menos, resulta que sin tener la varita mágica, ella fue el nexo para la solución de infinidades de problemas de vecinos de Alta Gracia y alrededores, durante 17 años.
“Hoy es mi último día”, dice con lágrimas en los ojos Ana Uranga. La “anita”, como todos la conocen, quien dialogó con RESUMEN: “Yo empecé hace 34 años en el Ipam, allí estuve 17 años, hasta que un buen día en Dr Sánchez junto con el Dr Gutiérrez me pidieron que viniera a esta delegación, y pasé 17 años más aquí”. La flamante jubilada es nacida y criada en esta ciudad y son miles los recuerdos vividos en esta delegación de Apross, que este último día pasan por su cabeza.
“Mi casa fue sede desde que empecé”, asegura la mujer sonriendo. “Era a cualquier hora y cualquier día. Conozco a todo el mundo y al que no lo conozco me lo mando alguien. Siempre me comprometí con la gente y a veces unos no sabe si eso es bueno o malo porque llega un punto que las emociones ganan y causa dolor cuando el problema excede nuestro alcance”. “Es muy doloroso cuando no se le puede resolver algo a un niño, eso me puede”, reconoció.
Anita se retira más que feliz, es muy querida por los vecinos de la ciudad y su cargo fue más humano que de gestión. “Gracias a Dios siento el cariño y el respeto de la gente de toda la vida y quiero agradecer a los jubilados por tantos años de cariño”, dijo emocionada Uranga quien ya adelantó que no alguien que pueda quedarse en su casa, por lo que tiene varias ideas para ocupar su tiempo: “Ya me meteré en algo, me encanta hacer artesanías y jardinería y ahora tendré más tiempo”.
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