Editorial

“Técnico que debuta, gana”

Así reza uno de los conocidos dichos futbolísticos populares, sin embargo, no siempre esta afirmación se cumple. Más allá de que el entrenador sea excelente, lograr armar un equipo estable, pararlo en la cancha y darle autonomía de juego no es nada fácil. Puede optar por las posiciones más conocidas (4-3-1-2 ó 4-4-2) y recurrir a su experiencia o a su idoneidad, pero seguirá disfrutando sólo de la suerte si no tiene una permanencia lógica en el lugar. Es imposible que logre conocer a sus jugadores, la cancha y el tipo de público que irá a alentarlos en cada partido si no dispone de tiempo.

Una temporada de 9 días

El equipo que representa a Alta Gracia a nivel nacional tiene conducción nueva otra vez, salió a la cancha con muchas ganas, le puso garra, como se dice en la jerga deportiva, pero tuvo que enfrentarse a muchas dificultades y resolverlas lo antes posible. El cuerpo técnico estuvo armado sólo 1 mes y medio antes de empezar a jugar, los colaboradores debieron aprender, durante escaso tiempo, a conocerse y a trabajar en equipo, el público demandaba inmediatez, éxitos y muchos goles, y los jugadores estrella tenían una agenda demasiado apretada y costosa, por ende hubo que conformarse sólo con un par y el resto que decidió jugar ya estaba en el ocaso de su carrera.

El primer partido

A pesar de todas las trabas y corriendo contra reloj, se prepararon para el primer partido. El técnico paró el equipo en la cancha de una manera diferente y usó un jugador estrella para la primera demostración, sin embargo había poco público y como a las estrellas les gusta brillar, hubo que invitar a “extras” para que el estadio se viera lleno. Esto desató la ira de aquellos que habían pagado buena cantidad de plata para disfrutar del espectáculo. Sin embargo, la mayoría no lo notó así que se podía seguir sin culpa hasta el próximo encuentro.

La segunda fecha

El segundo partido parecía el más fácil, el día acompañaba, se buscó a uno de los jugadores de mayor convocatoria y no había que preocuparse por la cantidad de gente. La cobertura de la fecha iba a tomar trascendencia nacional. Todo estuvo listo hasta que un integrante del cuerpo técnico, aún no sabemos si fue por su afán por demostrar autoridad o por incapacidad, se manifestó con una marcada “falta de tacto” con sus pares y mediante afirmaciones poco inteligentes, que después tergiversó, la cobertura del partido se convirtió en un cabaret mediático donde la mayoría salió mal parado y fue separado de la conducción mediante la intervención del Presidente del club. (Esto pasa siempre cuando el cuerpo técnico no le encuentra la vuelta al tema).

Tercer encuentro

Había que apostarle a este nuevo desafío. Ya iban dos fechas y se habían sorteado diferentes dificultades. Otra vez el equipo estuvo listo pero la concurrencia no era la óptima. Había que llenar la cancha porque si no el jugador estrella no salía. ¿Otra vez levantar los molinetes? Y bueno, nadie lo notó antes, por ahí nadie se da cuenta ahora. Minutos antes de que el equipo pisara el campo deportivo las populares se vaciaron y los palcos y las plateas explotaron. ¡Que linda se veía la cancha llena por la tele! Como desgraciadamente “los vestuarios tienen oídos” alguien escuchó decir al técnico: “Zafamos otra vez”.

Cuarto partido

Esta vez sí estaba dadas todas las condiciones. Cancha llena, los mejores jugadores, prensa ordenada y un cuerpo técnico “aparentemente” organizado. Se hizo un gol de cabeza de media cancha, al mejor estilo Martín Palermo en el apertura 2009 contra Vélez y la gente estalló. Fue un partido “para alquilar balcones”. Seguramente la esperanza creció en la dirección del equipo y se adelantaron en pensar que de ahora en más todo iba a ser mucho más fácil de llevar.

Quinta fecha

“Hay que abrir el juego a las puntas” aportó un ayudante al técnico y el equipo se armó para demostrar que las 5 fechas restantes era cuestión de relajarse y disfrutar. Nuestro equipo está en la mitad del campeonato y trepando en la tabla de posiciones, ojalá se valore el esfuerzo y la conducción se quede durante las dos temporadas siguientes. Qué distinto sería ver a este equipo, que ya tiene 26 años, con una conducción estable a menos por tres campeonatos. Que importante sería que el Presidente del club dejara de apelar a la suerte y de pensar que “Técnico que debuta, gana”.

(Los hechos y personajes de esta editorial son ficticios, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia)

Claudia Fernández

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