“La municipalidad se comprometió con nosotros a realizar un aporte en términos de transporte y personal que nos ayude a trasladar los libros”, cuenta ante este medio Nancy Remesal, Vicepresidenta de la Biblioteca Popular Sarmiento. Y enseguida aclara: “si hasta ahora no nos mudamos, es porque las lluvias vienen complicando los últimos detalles del trabajo que hay que hacer: impermeabilizar los techos, pintar”, cuenta la referente social de esta institución que cuenta con 84 años de existencia y 27 inscripta en la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP).
El inmueble donde han funcionado hasta el momento, perteneciente al Arzobispado, no solo les queda chico, sino que está arruinando los libros, porque tiene fuertes problemas de humedad en sus paredes.
Ante la pregunta de cómo recibieron la noticia sobre el incremento en el monto económico de la ayuda que reciben por parte de la Municipalidad, la vicepresidenta de la institución responde que “con mucha alegría” y agrega: “justo estábamos programando realizar una feria, ponernos a vender algunos libros usados y otras iniciativas para ver cómo llegábamos a fin de año, porque estamos realmente muy ahogados económicamente”.
Con más de 40.000 ejemplares, la Biblioteca Popular Sarmiento es la más grande del Valle de Paravachasca. “Patrimonio Cultural de la ciudad de Alta Gracia”, según la Ordenanza Municipal Nº 6862. Si bien durante el último año y medio realizaron “mingas” y actividades para “poner en pie” la biblioteca en un terreno situado sobre Av. del Libertador Gral. San Martin, esquina con José Hernández (junto al Correo Argentino), lo cierto es que en breve no se mudarán allí sino a otro sitio otorgado (de modo transitorio) por la Municipalidad: la Casa Israelita.
“Mientras podamos sostener la doble tarea, vamos a seguir con el lugar abierto”, asegura Remesal, para quien –si el tiempo ayuda y la Municipalidad cumple con sus promesas- en mayo podrían estar con las puertas abiertas en la nueva sede. “La Biblio” atiende los días lunes y viernes por la mañana, y martes por la tarde. Este año no empezaron aun los talleres (de música, pintura, canto, idiomas, literatura), y en mayo tal vez, arranquen con esas y otras actividades que suelen emprender desde el espacio que, siempre que puede, insiste con la idea de que, para ellos, lo importante no es solo la colaboración de los vecinos con la institución, sino el involucramiento, la participación de la ciudadanía en los espacios comunes.
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