
En los últimos días se conocieron los resultados de un estudio que en 2016 el Gobierno de la ciudad de Alta Gracia le encargara a la Universidad Tecnológica Nacional, Regional Córdoba, sobre el estado de las aguas del Tajamar.
Bajo el título: “Análisis fisicoquímico, bacteriológico y de metales en agua superficial”, el análisis realizado por la alta casa de estudios fue pedido por el estado municipal para conocer el real estado de las aguas del embalse, y para llevar adelante trabajos tendientes a la conservación y/o mejoramiento de las mismas.
De las conclusiones técnicas a las que llega el estudio, se desprenden acciones a llevar adelante a modo de plan de manejo ambiental para el “sistema Tajamar”, que era el objetivo primordial buscado por las autoridades al encargar el estudio. Se recomiendan, por ejemplo, controles periódicos y permantes de las aguas que ingresan al embalse, que su ingreso se realice de manera controlada y que también haya un contralor sobre posibles egresos de agua al sistema cloacal o hacia el subsuelo.
Asimismo, se recomiendo llevar adelante planes sistemáticos en el control del crecimiento de las algas (a las que considera en buena medida necesarias para mantener la oxigenación del espejo de agua), la limpieza y remoción permanente de materiales orgánicos y de residuos plásticos. Por otra parte, el estudio hace ver que deberá controlarse seriamente cualquier posibilidad de vertido de líquidos cloacales “contaminantes bacteriológicamente” a través de la acequia. En otras palabras, el equilibrio está dado por ahora, pero una desatención o un descuido sobre el mismo, podría traer graves consecuencias.
Sobre el parque que rodea al espejo de agua, el estudio recomienda monitorear la situación de los árboles existentes, y a la vez “no incrementar el número de
arboles existentes en la línea de rivera del cuerpo de agua” y no reemplazar a aquellos que por cuestiones naturales se pierdan.
Controles permanentes
Según el estudio de la Universidad Tecnológica, los controles deberán realizarse de forma permanente durante todo el año en el parque, con las recomendaciones ya explicadas. En cuanto al espejo de agua en sí, considera y aconseja realizar dos controles de calidad de agua anuales, uno en otoño y otro en primavera, a los fines de lograr valores equilibrados y evitar situaciones extremas que puedan darse en otras épocas del año.
A partir de este estudio y sus conclusiones, quedará en manos de la Secretaría de Ambiente llevar adelante los planes adecuados para la mantención, conservación y mejoramiento de uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, sin que ello signifique de deba convertirse en un problema a resolver.
¿El Tajamar sin plátanos?
Si bien es cierto que el estudio realizado por la UTN no lo indica (fue solicitado solo para evaluar el estado del espejo lacustre), hay versiones que indican que desde hace tiempo otro estudio estaría aconsejando que sean retirados los árboles que se encuentran en paralelo al paredón de contención, sobre calle del Molino.
¿El motivo? Los árboles, que fueran plantados hace más de setenta años, hoy son tan portentosos que desde hace tiempo estarían dañando la estructura del viejo paredón jesuítico con sus raíces. Esto, más allá de una cuestión de conservación del patrimonio histórico, tiene ya como consecuencia grietas y roturas del muro de contención. Por estos días, expertos en el tema estarían estudiando posibilidades alternativas a la extracción de los árboles, a los fines que el impacto ambiental no sea tan fuerte. Por otra parte, quitarlos podría terminar siendo un remedio peor que la enfermedad, por los perjuicios que puede causar a la vieja estructura de piedra.
Este problema sería conocido desde hace varios años por las autoridades de turno. Implementar una acción al respecto tal vez se considere una medida “políticamente antipática”, y ello habría sido el determinante que hasta ahora no se haga nada al respecto.
Comentarios: