Cuatro años de prisión para el Policía que reclutaba adolescentes para robar

“Lo importante es haber logrado condena de un Policía en ejercicio dentro de la Fuerza en nuestro Departamento. No es común que pase”, subrayó el fiscal Emilio Drazile, quien tuvo a cargo la investigación y elevó la causa a juicio.

La condena fue determinada este viernes por la Cámara 4º del Crimen. Cuatro años de prisión para sargento Néstor Domínguez, y tres años y medio para Emanuel “Chanchi” Heredia, el delincuente que se animó a denunciar ante RESUMEN este hecho, y luego fue detenido por haber participado en varios de los hechos que denunciaba.

La detención
En agosto de 2015 se cerró la primera parte de un capítulo que llevó más de 3 meses de investigación. Había sido detenido por sus propios compañeros, el sargento Néstor Domínguez, quien trabajaba en la Patrulla Urbana.

La detención se llevó adelante en su domicilio donde se secuestraron armas de fuego y elementos relacionados a distintos robos efectuados a personal policial y a vecinos de la ciudad.

Según pudo conocer este medio, el uniformado se manejaba desde hace varios años con un grupo de jóvenes a los que les marcaba el objetivo, y ellos procedían a llevar adelante “el trabajo sucio”.

Los delincuentes (entre los que se encontraba un familiar del detenido) habrían participado de varios hechos de robo a mano armada, tanto en Alta Gracia como en localidades vecinas. Trascendió que Domínguez se quedaba con el 90 % del botín y repartía entre sus ayudantes una pequeña parte, motivo por el cual habrían comenzado a suscitarse los problemas.

La confesión
“Chanchi” se acercó a Resumen y afirmó que quería hablar “antes que me maten”. Sin dudar comenzó a contar su historia, una historia que luego repetiría ante la Justicia.

“Cuando tenía 18 años había venido de Córdoba y no tenía dónde vivir así que pasaba la noche en el hospital. Un día me lo encontré porque él hacía adicionales ahí y me ofreció vivir en su casa. Al principio estaba todo bien hasta que me dijo que, a cambio debía iniciarme en esto”, señaló y agregó: “Todo lo que sé me lo enseñó él, además nos daba las armas para que robáramos. De un robo de $80 mil, él se quedaba con casi todo. Cuando decidí alejarme me amenazó de muerte; una vez que entrás es muy difícil salir”, finalizó.

Al consultarle si delinquía solo, Heredia manifestó que eran varios los jóvenes que robaban para el Policía y que vivían en su propia casa: “Todos estábamos en la misma; cuando le dije que quería salir me dijo que no le costaba nada dejarme “fijo” (muerto) porque tenía mucho terreno en su casa”, contó quien actualmente permanece en Bouwer.

Foto ilustrativa

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