El sábado por la tarde, con una gran convocatoria, se desarrolló el ciclo de charlas motivacionales de “7 Reinas”, el movimiento latinoamericano que tiene como objetivo dar visibilidad a mujeres que, con diferentes enfoques, generan un impacto positivo en su comunidad. El lema del evento era “Siete Reinas que hablan por todas. Vení a escuchar tu propia voz” y presentó a mujeres “que decidieron salir del molde, mujeres que se rebelaron, que dijeron que no, que decidieron ser diferentes, y que quieren compartir su experiencia de vida para inspirar a las asistentes”, recita la gacetilla del evento.
Entre las siete, había tres mujeres locales, Mariela Auer, Presidenta del Centro de Comercio, la locutora y periodista Gabriela Tessio y la bailarina María Laura Robledo.
Cada una expuso su historia, alternando las claves del éxito con anécdotas de vida cotidiana. Entre el público, casi totalmente femenino, se encontraban las Concejales de la ciudad, Daniela Ferrari, Jéssica Heredia, Mené Carignani y las funcionarias Cristina Roca y Mónica Prada.
Un ejemplo
El público disfrutó sin dudas de charlas bien preparadas, entretenidas de mujeres que lograron el éxito. Pero el momento más emocionante llegó con la subida en escena de María Laura Robledo, bailarina profesional, de excelente nivel y pluripremiada, con Síndrome de Down. Casi no debería mencionarse esta característica de María Laura, de no ser que ella misma quiso, en las pocas palabras que siguieron a su impactante show de baile, destacar que nunca percibió a su síndrome ni como una enfermedad ni como un límite, a pesar de las barreras que podía provenir de los prejuicios.
Tímida y tranquila abajo del gran escenario, arriba se mostró como una artista de primer orden, con una enorme y precisa expresión corporal y facial. Esa fue su charla motivacional, y tal vez la más genuina, porque por más que conllevó, por cierto, horas de ensayo, no apuntaba a convencer a nadie.
Simplemente a medirse y demostrar cuán poco acostumbrados estamos a que lo extraordinario esté en todos lados y al lado nuestro. Entre lágrimas, de ella y de todo el público, agradeció a su madre “ la verdadera responsable de que yo esté aquí. La que hizo posible que yo luchara y nunca dejara de bailar” y a su compañero de vida, que subió con flores y abrazos.
Nota: Margherita Guastamacchia
Foto: Ariel Di Gioia
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