
Hace semanas atrás la agrupación delasotista La Militante llevó a cabo un acto multitudinario en donde pidieron que el Intendente de la Ciudad de Córdoba Martín Llaryora sea el candidato a Gobernador por Hacemos por Córdoba, fuerza que hoy gobierna la Provincia. Ese «operativo clamor», se vio acompañado del lanzamiento de Juntas Promotoras «Llaryora Gobernador» en algunos departamentos como Santa María, donde es presidida por Pablo Ortiz, y Río Segundo.
Hacia adentro del PJ, la vieja guardia ya hace saber cuál es su posición al respecto: Consideran prematuro mover piezas a esta altura y rechazan el operativo clamor que nace desde el interior provincial y cada vez toma mayor envergadura. Dentro de ese grupo, estaría ubicado el Legislador Departamental Walter Saieg junto a dirigentes históricos como Francisco Fortuna, Oscar González, Carlos Gutiérrez, Juan Carlos Masei entre otros. Lo que ocurre además es que si bien la orden impartida desde el Centro Cívico para los que son funcionarios es concentrarse en la gestión de gobierno, al no frenar ese operativo clamor Llaryora, en realidad lo está habilitando.
Los históricos jefes departamentales también enfrentan micro rebeldías en sus territorios por parte de la nueva camada de dirigentes que creen que ya es hora de que se les dé el espacio para asumir otros desafíos. En el caso del Departamento Santa María, desde mediados del 2019 Saieg ha perdido todas las batallas a manos de Facundo y Marcos Torres y hoy en día, con búnker propio en Urquiza y 3 de Febrero, no se sabe aún a que apunta más allá de que trascendidos aseguran que en reuniones barriales el Legislador Departamental ha manifestado sus deseos de pelear en las urnas para volver a sentarse en el sillón de Lepri.
Por más ordenada que se prometa esa transición, la puja generacional será inevitable. Nadie duda del gobernador Juan Schiaretti como ordenador y garante de ese proceso; pero las fichas comienzan a depositarse en el sucesor. No todo fluye tan armoniosamente dentro de este peronismo verticalista y orgánico. Los tiempos pre electorales se adelantaron y las tensiones entre la vieja guardia del PJ y la nueva generación también.
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