Normalmente, las personas vemos casos de animales abandonados pero solo nos quedamos con ese momento. ¿Qué sucede después? ¿En algún momento mejoran? ¿Habrán conseguido familia?, entre otras preguntas. Por ello, en esta sección denominada “El amor lo puede todo”, contaremos lo que sucedió después de que estos animales llegaron a la casita de la Fundación ADMA. Hoy contamos la historia de Tom.
Tom es un perrito que cuando llegó a la casita de ADMA, estaba muy flaco y con una herida en la cara. Al momento de realizar los análisis, estos indicaron que Tom tenía TVT (es un Tumor Venéreo Transmisible en perros que afecta a machos y hembras por contacto sexual, también por el lamido y el olfato. Lo bueno es que puede prevenirse con la castración).
El veterinario indicó un tratamiento con quimioterapia por 6 semanas y fue ahí donde su historia de lucha, entrega y confianza con la familia de Karina (voluntaria de la Fundación) comenzó, demostrando quien era, que necesitaba y porque estaba con ellos. Lo cual ellos creen que no fue una casualidad.
“Luego de cada quimio debíamos limpiarle bien esa herida que le ocupaba toda su cara y le dificultaba la respiración, para mi era muy difícil hacerlo, así que mi marido comenzó a ayudarme y mis hijos lo sostenían también dándole fuerzas. Como no ayudarlo si aún en medio del dolor que sentía nos regalaba su cariño y alegría. Los días difíciles pasaron y hoy lo veo corriendo, saltando, jugando a la pelota y me doy cuenta que debo dejarlo ir”, dijo la voluntaria que le dio un hogar de tránsito al animal en diálogo con RESUMEN.
8 meses después de recibir tratamiento veterinario, cariños, cuidados y mucho amor de voluntarios y hogares de Tránsito de ADMA, Tom está totalmente recuperado y ya recibió el alta médica. Por lo que el animal está preparado y a la espera de una familia que termine de cambiar su vida.
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