Me han amenazado de muerte y eso no es nada, me han llamado al teléfono y han amenazado de muerte a mi familia. Es una congregación de brujos, el contacto lo saqué del diario. Quería que una persona fuera mi amante y los contraté… Me pidieron 3.000 pesos y luego 30 mil, extorsionándome. Les pagué y luego ‘salieron’ con que eran 30 mil dólares. Me han estado siguiendo, enviándome fotos de donde trabajo. Si me sucede algo, denle esto a la Policía”.
Así comenzaba la carta póstuma que dejó Luis Alberto Gómez, cuando temía por su vida, pero jamás habría imaginado que al día siguiente iba a ser quemado en el baúl de su auto.
El 22 de julio del año pasado, Gómez fue hallado totalmente calcinado en el compartimento trasero de su Fiat Palio en la autopista que une Córdoba con Villa Carlos Paz, cerca del peaje, en el acceso bajo nivel a un barrio cerrado.
La investigación a cargo del fiscal Ernesto de Aragón había individualizado a las presuntas responsables de la extorsión que sufrió el hombre que quería enamorar a una compañera de trabajo y contrató a las brujas para que le hicieran un “amarre”.
Según se sospecha, con la gran cantidad de datos que les proporcionó, las tarotistas comenzaron a exigirle cifras de dinero cada vez más elevadas para no revelar a su esposa lo que había hecho.
A las brujas ni siquiera les vio la cara porque hacían su trabajo por teléfono y por WhatsApp.
Según la acusación, la peruana Ángela Bertha Torres Del Valle habría sido quien lo contactaba y le indicó que hiciera giros a La Rioja, donde su madre Bertha Del Valle Carrión recibía los giros.
Las mujeres terminaron imputadas de extorsión. Torres fue detenida mientras que su madre quedó con prisión domiciliaria.
Pero aún quedaba dilucidar si Gómez se había suicidado, tal como se creyó durante meses, o si alguien lo había asesinado.
Traición
Torres estaba en pareja con otra mujer, Elisa Vanesa Castaño, quien también la habría ayudado en las extorsiones telefónicas, según sospecha la Justicia.
Cuando cayó presa Torres, Castaño se sintió sola y regresó a los brazos de una novia anterior, Nancy del Valle Oviedo, la persona que terminaría inclinando la balanza de la investigación.
De acuerdo al expediente, Castaño sufría adicciones y pronto volvió a pelearse con Oviedo, esta vez de manera violenta. Oviedo la denunció y en el marco de esa declaración surgió un tema que llamó la atención de los investigadores.
Oviedo dijo que durante una pelea con su amante ebria, esta le habría dicho que Gómez no se había suicidado sino que lo había matado ella. Luego, en otras ocasiones, mientras jugaban a las cartas, le habría sacado más datos del horrible crimen, según relató.
La declaración de la testigo en principio sonó a fantasía, pero a medida que fue brindando datos se comprobó que muchos detalles coincidían con la causa y algunos hasta ampliaron las pruebas. Así, Oviedo terminó incriminando a Castaño como presunta responsable del asesinato de Gómez.
Hombre prófugo
“En la causa se ha logrado incorporar el testimonio nada menos que de una persona a la cual una de las imputadas abiertamente le confesó no sólo que intervino en la extorsión sino también en el homicidio, brindándole detalles que resultan plenamente coincidentes y congruentes con el cúmulo de elementos de juicio recabados durante la investigación”, se lee en el expediente.
A partir de esto, la investigación cobró mayor impulso y se constató que en el lugar donde fue hallado el Palio incendiándose, minutos antes había sido visto un hombre delgado con anteojos recetados. Este habría sido quien encendió las llamas, según se presume. Minutos después, las cámaras del barrio cerrado registran una camioneta 4×4 a alta velocidad.
El hombre no está identificado. Oviedo sostuvo que sería peruano.
Recientemente, la investigación ha recibido sendos avales, al confirmar la jueza de Control Anahí Hampartzounian la prisión preventiva de Torres y de Castaño, esta por homicidio agravado por alevosía.
Entre las supuestas confesiones que transmitió Oviedo sobre su amante, surgen detalles de cómo concretaron el crimen. “Lo atamos de pies y manos, lo tiramos en el baúl del auto y le prendimos fuego”, reveló la joven.
A William Shakespeare se le atribuye una frase que en este caso de brujas locales parecería obrar en contrario: “Hereje no es aquel que arde en la hoguera, sino aquel que la enciende”.
(LA Voz)