
Pararse desde el dólar para resguardar el poder adquisitivo no es parte de la lógica en otros lugares del mundo… el refugio de los ahorristas en Latinoamérica, por citar un lugar más próximo, pasa por guardar su propia moneda y disminuir los gastos innecesarios, o en el peor de los escenarios ajustar más traumáticamente los gastos familiares: esparcimientos, vestimenta, bebidas gaseosas, consumo de alimentos costosos.
Brasil representa el país de mayor indiferencia para con la moneda estadounidenses; se calcula que cada brasilero tiene en su poder como máximo seis dólares, le sigue Chile con un aproximado de 16 dólares per cápita, Paraguay con 18 dólares por habitante y la Argentina, según datos del Departamento del Tesoro de EEUU tiene 1.300 dólares per cápita; estimación basada en la cantidad de dólares circulantes en el país, dividido por número de habitantes, esto medido en un periodo de tiempo determinado.
Al momento de estar elaborando esta nota, junto a mi mesa estaba sentado en el bar un señor de traje que aparentaba leer un ejemplar del Resumen. Pero ni bien tipié el último dato, me dijo: “ chequea la fuente que sea verdadera, porque si no alguien tiene mis 1300”.
Desde luego ésta, es una fórmula de medición de variables económicas de laboratorio, la realidad de la calle es la concentración de grandes volúmenes de divisas en pocas manos. Volviendo al paneo de la reacción de las economías en nuestra región frente al dólar, es de destacar la poca influencia que la población le asigna a esta divisa como elemento de ahorro, incluso en países cuyas economía esta dolarizada, cabe aclarar renunciaron a su moneda nacional para adoptar el dólar como legal circulante, no registran altos volúmenes de dólares en concepto de ahorros. Panamá, uno de ellos, da cuenta que solo atesoran los panameños 648 dólares per cápita y mucho más abajo Ecuador, el otro país con su economía dolarizada, con valores que rondan los 52 dólares por habitantes.
El caso argentino representa un gran interrogante para sociólogos y analistas financieros de todas partes del mundo, que ven una economía atada directamente a la moneda estadounidenses y donde la compra no obedece solo a viajeros o inversionistas, hacerse de dólares es parte de la cultura misma de ahorro en la Argentina.
Terminada la nota cerré mi computadora y cuando me disponía a retirarme el señor de traje volvió a decirme ”Acordate, periodista: Si encontrás mis 1300 dólares avisame en la próxima nota”.
Columna especial de Gustavo Rossi, Periodista Especializado en Política Internacional.