NoticiasSociedad

Comienzan las clases: pautas para volver a la rutina

La psicóloga Florencia Alberich pasó por los estudios de la 88.9 FM, y tras dialogar con el equipo de "Todo Pasa", dejó algunos tips para el comienzo de clases y la vuelta a la rutina.

La psicóloga Florencia Alberich pasó por los estudios de la 88.9 FM, y a partir de una conversación con el equipo de «Todo Pasa», dejó algunas cosas a tener en cuenta para el comienzo de clases y la vuelta a la rutina de las familias: «Esta vuelta a la clases puede ser o un alivio para nosotros como papás o una situación de estrés más, ¿no? Porque cuando los chicos están de vacaciones, todos nos relajamos, papás, hijos, en cuanto a los horarios, con la hora de dormir, la utilización de la tecnología. Pero bueno, cuando estamos por volver a clases, hay que ajustar estos permitidos y empezar de a poco a volver a la rutina, que es lo que más nos cuesta. A los chicos y a los papás porque volvemos a correr con el tema de los horarios».

Algunos chicos, este inicio de clases, lo pueden llegar a vivir con entusiasmo porque, obviamente, van a usar las cosas nuevas, las ampollas, cuadernos, carpetas, o también se encuentran con los compañeros y ese es un motivo de entusiasmo y de ansiedad. Pero también hay otros chicos que no es nada barato el inicio de clases, levantarse temprano, hacer las tareas, ni hablar de los chicos que tienen jornada extendida.

Si bien sabemos que, por ejemplo, la primera semana, hasta que ellos se acostumbren a la nueva rutina, les va a costar levantarse, tenemos que ser nosotros, por ejemplo, lo que tengamos y lo que hagamos un poco más cebadero esa semana. Por ejemplo, si a mí el año pasado, mi hijo estaba listo en una hora para prepararse para el cole, la primera semana le demos más tiempo para que se prepare, para que desayunen, para que pongan. Y que ir a clase no sería, digamos, una batalla campal.

Porque, a ver, nosotros seguimos con la rutina, nos levantamos, tendrán los cubiertos, por ahí podemos llegar a tener rotaciones, pero nuestra rutina siguió. La de ellos, no. Sobre todo los chicos que se levantan temprano, por ahí, hasta que se acostumbran, les cuesta muchísimo más, ¿no? Y por ahí están en juego nuestros horarios, o la necesidad nuestra de que se distan, desayunan, y estén preparados, y que a determinadas horas salen el dato para poder cumplir con el horario, y hasta que ellos, ¿viste?, se adaptan a este nuevo ritmo, y al nuevo horario les cuesta.

Lo ideal, ¿qué sería? Que un tiempito antes, una semana antes de que empiecen las clases, y los vayamos preparando, ¿no? A ver, no vamos a despertar a los chicos a las seis de la mañana, porque, ¿qué hacen los chicos a las seis de la mañana solos, sino que los trabajamos? Pero sí, por ahí, despertarlos un rato antes, sobre todo los chicos que estén acostumbrados a dormir a la tarde, o el fin de semana, ahora ya próximo al inicio, no dejarlos dormir, sobre todo a los adolescentes, hasta las doce, una de la tarde, sino por ahí despertarlos a la mañana, cosa que el primer día no sea tan abismal la levantada temprano, ¿no? De clases.

También es muy importante, establecer el horario de dormir, o de irse a la cama. Hay chicos que, obviamente, en vacaciones se acostumbran a dormir tarde, o a mirar teléfono tarde, por lo cual ese ritmo tiene que cambiar, sobre todo para que puedan estar despiertos, atentos, y rendir en el aula. Es decir, va a ser un horario para dormir, hay que ser claro, y sobre todo que se cumpla. Para que ellos sepan que a determinada hora tienen que estar acostados y durmiendo.

Además, el tema del uso de la tecnología, que es muy particular de cada familia. Hay chicos que, si bien pueden tener la supervisión y la vigilancia, y lo pongo entre comillas, de los padres, porque por ahí hay padres que están más horas en casa, hay otros que no. Entonces, por ahí es un acuerdo también de cada familia. Pero el uso de la tecnología tiene que estar limitado, más ahora en el inicio de clases, porque es un distractor.

Y acá venimos con el tema de tareas, ¿no? El hacer la tarea, así como tiene que haber un horario pactado para dormir, para irse a dormir, tiene que haber un horario pactado o un momento del día pactado para hacer la tarea y eliminar los distractores.

Es decir, si mi hijo, por ejemplo, no tiene la posibilidad o no tiene lugar en su habitación para hacer la tarea y hace la tarea en la mesa de la cocina, y bueno, hago el celular, que no tenga acceso al celular ni la estudia, porque obviamente es difícil concentrarse y estar atento a lo que tiene que realizar, si está pendiente de lo que pasa en la tele o está pendiente del celular, ¿no?

Y a lo que vos te referías recién con el uso de la tecnología también, no solamente entra el pelo, entra la play, entra la tele, o sea, es limitar, ¿no? Si nosotros teníamos un poco más laxo el tema del tiempo en las vacaciones, y bueno, usamos la tecnología los fines de semana y un ratito, ¿se entiende? Eso, o sea, como que se marque la diferencia de que, bueno, hasta que empiezan las clases, y bueno, lo tenés permitido, ya empiezan las clases, las rutinas, y hay otras obligaciones y responsabilidades que tenemos que sentir.

Si vos a un chico o una chica de 15 años le das libre albedrío con el uso de la tecnología, y estamos en problemas, ¿no? No solamente por la cohesión escolar, sino por todas las otras cuestiones o peligros a los que están expuestos, ¿no? Entonces, todo tiene que ser consensuado.

Es decir, por ejemplo, aparte, los chicos más grandes, o chicos de secundaria, por ahí ya tienen que hacer tareas o en el mismo cole, le permiten acceder con el celular, a buscar información, o hacer trabajos, o los redireccionan a distintas páginas que ellos tienen que buscar. O sea, la tecnología también en el cole está vinculada y está de a poquito se está impactando más.

Ser pacientes, ser tolerantes, porque obviamente por ahí, a ver, que los chicos comienzan la clases para nosotros también es una gran ayuda, un gran alivio, porque sabemos que en determinados horarios los chicos están con sus amigos, están contenidos, o no están en la calle, o no están con el celu, están prestando atención, están aprendiendo. Pero también, digamos, no transmitirle eso a los chicos. Es decir, bueno, ya está, empiezan las notaciones, empiezan las clases, me desentiendo de vos, y por ese tiempo estás en el colegio.

Es decir, bueno, es un alivio, y lo puedo entre comillas, que los chicos arranquen las clases, por supuesto, porque todos los padres lo sentimos así, ¿no? También bajar un poco la ansiedad con eso, no transmitírselo a los chicos, y también bajar un poco los cambios con el tema de la corrida de los horarios, estar metiéndolo en cuanto a actividad extraescolar a los chicos, porque empiezan las clases y lo notamos en todo.

Y también, ese proceso de transición puede resultar un poco ansioso para ellos y para nosotros, porque queremos que empiezan las clases y que hagan un montón de actividades que nos hacían en las vacaciones, y que nos ponemos más horarios nosotros y terminamos. Y también, digo, también buscar un equilibrio, ¿no?, para las actividades extraescolares. Si bien está bueno, digo, hay niños por ahí que hacen más de tres, o tres, o tres, o sea, es un montón, y vos decís, bueno, también encontrar y buscar un equilibrio en eso, me parece. No nos olvidemos que acá en la alternancia hay chicos que salen, entran al colegio a las siete de la mañana y salen a las seis de la tarde.

Los más adolescentes, o los chicos del primario, entran a las doce y salen a las seis. Entonces, hay chicos que tienen mucha carga horaria, y nosotros le ponemos después inglés, fútbol, danza, y los chicos terminan agotados, no solamente físicamente, sino mentalmente. Entonces, por ahí cuidar eso, o sea, ¿qué priorizamos en los chicos? Que aprendan, que estén bien, o tenerlos ocupados todo el tiempo.

Hay nenes que vos los anotas en un montón de actividades y te responden bárbaro y les encanta y se re copan. Y hay otros nenes que, como decís vos, esa carga horaria pesa. Entonces, ¿cómo nos damos cuenta? Ahí los notamos, los notamos los cambios conductuales, ¿no? Chicos que, como vos decís, por ahí disfrutaban de hacer un montón de cosas, les cuesta un montón salir de casa porque están cansados, o también cambian en el rendimiento académico, de lo bien que les iba a salir mal, o los ves totalmente irresponsables, sobre todo en el cole, se nota, ¿no?

Al tener tantas actividades, por ahí se descuidan algunas. ¿Y qué es lo que se va a descuidar? Obviamente lo que tenga más carga intelectual, por así decirlo. Es decir, porque lo que tengan que requerir de ellos es estar concentrados, hacer ejercicios y demás. Lo otro, que es recreativo, obviamente que lo hacen sin ningún problema. Pero sí lo notamos en lo conductual. Chicos que por ahí hacen un montón de cosas, no tienen ganas de hacer, o los notamos apáticos todo el tiempo, o con cambios de humor constantes. Entonces, por ahí hay que replantearse y preguntarle al chico, ¿no? ¿Qué es lo que querés hacer? ¿Qué es lo que te gusta? ¿O qué de todas estas actividades te gustaría hacerlo más adelante?

Mostrar más
 

Noticias Relacionadas

Comentarios:

Botón volver arriba