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Crisis económica: ¿Cómo se mantienen a flote las bibliotecas populares en Alta Gracia?

En la ciudad existen dos bibliotecas denominadas populares, la Sarmiento y la Avellaneda. En este contexto económico adverso, los centros culturales sobreviven con las ayudas municipales, provinciales, nacionales y en menor medida, el aporte de los socios.

Durante el último mes, la Biblioteca Popular Sarmiento solicitó, en primera instancia de manera informal y en segunda con nota al Concejo Deliberante, un incremento del subsidio que recibía desde hacía cuatro años, por un monto de 10 mil pesos. A través del escrito, la entidad cultural pidió un incremento  -teniendo en cuenta la curva inflacionaria- a 50 mil pesos y finalmente la Comisión de Cultura definió que ascendería a 25 mil. Por otro lado, autoridades de la Biblioteca Avellandeda -ubicada dentro de la Escuela Manuel Solares- pidió ser parte también de esta ordenanza en la cual no era contenida, pedido que pasó a comisión.

Así las cosas, desde RESUMEN indagamos con los representantes de ambas instituciones, cuyos referentes trabajan ad honorem y mantienen desde hace años, estas entidades tan importantes para la ciudad a nivel cultural y educativo.

La «Biblio» Popular Sarmiento, fue creada 91 años atrás, su primera sede fue en el edificio viejo del Obraje -que debió dejar hace unos años- y hoy está emplazada en una casa prestada en comodato por la Comunidad Israelí, ubicada en Prudencio Bustos 345. Cuenta con un terreno que fue donado por la Municipalidad en la gestión de Audino Vagni, sito en José Hernández y Libertador, sin embargo no cuenta con los fondos para levantar su propio edificio.

Álvaro Farías, Presidente de la Comisión, Daniel Vargas, Tesorero y Javier Ríos, contaron a este medio que se mantienen gracias a los subsidios municipales -éste, desde 1994-, los provinciales -por algún programa esporádico, como «Córdoba Lee»- y a nivel nacional por el brindado por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), para el cual deben tener los balances y el papeleo en regla. En menor medida por los 400 socios, de los cuales abonan su cuota mensual unos 200, en realidad. Durante la pandemia, el gobierno local los convirtió en un Punto de Conectividad y les dio un aporte para pagar internet y una impresora para colaborar con los vecinos que necesitaban ayuda en ese aspecto.

Con estos fondos, la comisión abona las prestaciones de servicios por atención al público, limpieza y catalogación de los libros. Las autoridades no cobran por sus actividades. Desde la Feria del Libro, le brindan un presupuesto para viajar, ser parte y poder comprar ejemplares nuevos con importantes descuentos en algunas editoriales.

Con respecto a los socios, los integrantes de la comisión coincidieron en no aumentar la cuota teniendo en cuota que todo aumenta y lo primero que se recorta -en la economía familiar- es la cultura y el entretenimiento. Si se preve mejorar el sistema de cobro, implementando un débito automático en conjunto con el Banco Credicoop.

En relación a si la crisis económica es un llamador de socios -ya que subieron considerablemente los precios de los libros-, Farías manifestó que es un factor, sin embargo otra de las causas es justamente la participación en la Feria del Libro, ya que se traen novedades pedidas por los mismos socios e interesados.

biblioteca popular avellaneda - Diario Resumen de la región

Por otro lado, Juan Carlos Gamero, autoridad de la Biblioteca Avellaneda, la cual se encuentra en la Escuela Manuel Solares, contó a RESUMEN: «Tenemos gastos de funcionamiento y algunos gastos que insumirían actividades que tenemos previstas organizar, como presentaciones de libros, charlas, talleres y algunas otras cuestiones que están previstas y están armándose para el resto del año».

«Más allá de tener ingresos por cuota social, que tampoco se puede cobrar mucho, se necesita tener algún ingreso para el movimiento diario y fundamentalmente para organizar este tipo de actividades, para comprar mayor cantidad de libros y para el patrimonio de la biblioteca» agregó el periodista.

Además destacó que el objetivo final de la biblioteca no es solamente brindar material de lectura sino también poder brindarle más a la gente de Alta Gracia. «Por más que la biblioteca Avellaneda esté dentro del edificio de la Escuela Manuel Solares, es una biblioteca abierta a toda la comunidad y hay que ir ofreciendo cada vez más actividades a la gente, a los vecinos. Por eso solicitamos que nos cubra las generales de la ordenanza que en su momento se aprobó otorgándole un subsidio a la Biblioteca Popular Sarmiento»

 

 

 

 

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