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Cine en la cárcel de Bouwer a partir de un proyecto de inclusión

El programa permite a las personas privadas de su libertad y a otros sectores de la sociedad disfrutar del séptimo arte. Se promueven producciones argentinas y además se realizan debates tras la proyección.

El Cine Móvil Córdoba es un proyecto de inclusión social que lleva el séptimo arte a diferentes puntos de la provincia. Entre sus múltiples destinatarios contempla a sectores sociales como el servicio penitenciario o jóvenes en contexto de encierro.

En el caso de las personas que están privadas de su libertad, ver una película puede ser mucho más que sentarse ante una pantalla: es la posibilidad de acceder a otros mundos a través de diferentes historias y personajes. El jefe del Departamento de Cine, Gustavo Drinkovich, describe la experiencia como “abrir una ventana a través de la pantalla”.

Un día de cine en Bouwer

Es una mañana fría y en el estacionamiento de la cárcel de Bouwer se destaca la camioneta del Cine Móvil. Poco después, el jefe del Departamento de Cine de la Agencia Córdoba Cultura, Gustavo Drinkovich, y el técnico Gabriel Elettore preparan el proyector y acomodan las sillas en una sala del Centro de Atención de Adicciones, que está en el módulo Mx1 del complejo carcelario número 1.

La película elegida para la ocasión es “El Perro”, de Carlos Sorín, una tierna pieza sobre la relación entre un hombre y un perro en plena Patagonia argentina. Los reclusos ingresan en la sala y se disponen a ver la película. En la previa, Gustavo hace una breve introducción que contagia a los presentes su pasión por el cine y el deseo por compartirlo.

Las luces se apagan y la función comienza. El silencio es respetuoso y la atención de los espectadores se mantiene intacta hasta el final. Incluso, cuando el ruido de las puertas de metal se escucha de tanto en tanto, y voces esporádicas salen de las radios de los agentes penitenciarios. Nada logra dispersar la sensación de estar en una proyección que bien podría estar ocurriendo en cualquier otro lugar.

La pantalla como una ventana

Luego de más de dos décadas trabajando en el Cine Móvil, Gustavo Drinkovich cuenta cuál es el espíritu del proyecto: “La forma en que trabajamos es partiendo de la premisa de abrir una ventana a través de la pantalla”.

Cuando venimos a estos espacios tratamos de pasar películas que no sean un espejo, es decir que no hablen de adicciones o temáticas carcelarias, sino que sean una ventana para ver otras realidades”, agrega.

Las películas que se proyectan son todas argentinas, lo que implica además la difusión del cine que se realiza en nuestro país. De hecho, Juan Palomino -actor de “Maradona: Sueño bendito”- es el padrino del programa en establecimientos carcelarios de Córdoba.

Gabriel Elettore, técnico del Departamento de Cine, relata su experiencia con el proyecto: “Es muy satisfactorio ver el nivel de compromiso y de participación. El silencio que se hace al ver la película y compartirla en una sala me parece que es la forma ideal de verla en comunidad”.

Además, destaca la posibilidad de la charla que se da antes y después de la proyección, donde los presentes reflexionan sobre la película desde su punto de vista.

Cuando “El Perro” llega a su fin, las luces se prenden y comienza el intercambio sobre el filme. Los reclusos se sorprenden al enterarse que la mayoría del elenco está formado por personas que no son actores. Y en general se hace evidente la empatía que generó el protagonista y su perro, a la vez que un recluso se detiene en el mensaje de esperanza que desliza la película sobre el final.

Fuente: Gobierno de Córdoba

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