Celeste Cid compartió un estremecedor testimonio sobre el acoso sistemático que un hombre ejerce sobre ella desde hace 20 años: es decir, desde cuando la actriz tenía 15. Lo contó en sus historias de Instagram, rogando que un juez observe la gravedad del hecho.
“Cuando tenía 15 años empecé a recibir ‘regalos’ de una persona en mi lugar de trabajo: cajas con fotos mías recortadas de revistas junto a decenas de preservativos usados, y cartas, muchas cartas. El tiempo pasó y las redes sociales volvieron a traer a esta persona, quien no sólo no paraba de escribirme a mí por cuanta vía encontrara, sino que además lo hacía con mi familia, mis amigos, conocidos y compañeros de trabajo”, comenzó el relato la actriz.
Y siguió: “Ante los bloqueos a los que tuvimos que recurrir – a las reiteradas cuentas que esta persona seguía abriendo – empezó a cambiar el volumen y cada vez fueron más fuertes el hostigamiento y las amenazas”.
“Este es el segundo botón antipánico que tengo”, dijo en referencia a la aplicación que mostró mediante una foto, antes de comenzar su testimonio.
El miedo y la preocupación de Cid se relaciona con un hecho que tuvo lugar en la Feria del Libro de Uruguay, hace casi dos meses, en donde la actriz presentó su segundo libro, “Intimidad”.
Sucede que el acosador en nuestro país tiene un perimetral en su contra y no puede acercarse a la actriz. Pero ese amparo no rige fuera de las fronteras. “Tuvo la lucidez de acercarse allí, donde la perimetral no tiene alcance. Por suerte la policía pudo reconocerlo y frenarlo antes de que llegue a la sala donde me encontraba presentando mi libro”, comentó.
“Estamos a la espera de que un juez vea la gravedad del comportamiento sistémico que esta persona mantiene por más de 20 años. Hoy, ya me genera miedo. No puedo desoír sus amenazas”, señala.
La actriz advierte que tuvo que hacer esta denuncia reiteradas veces y que “contar una y otra vez la misma historia a través del tiempo” le resulta “muy angustiante”, además de generarle “mucha impotencia”.
“Te dan ganas de dejar todo así y no seguir reviviendo la historia. Ayer pensaba: ¿por qué termino yo con la sensación de ser la que está ‘encerrada’? Con un botón antipánico y un policía en la puerta de mi casa cuidándome de las amenazas. ¿No debería ser al revés? ¿Yo caminando tranquila por la calle, yendo y viniendo, y él recibiendo el tratamiento adecuado?”, se pregunta.
“Me queda esta sensación, la de un sistema que con sus leyes y tiempos sigue poniendo a las mujeres en una zona de encierro y a las personas que necesitan sostén en salud mental, en una zona de abandono”, cerró la actriz, agradeciendo la atención de la Fiscalía y el apoyo de su abogada.
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