En la calurosa tarde del jueves, mientras mucha gente aprovechaba las bondades del arroyo Chicamtoltina para refrescarse en sus aguas o bien para tomar unos mates en sus rincones de sombra, el destino estuvo cerca de jugarle una mala pasada a una familia.
De pronto, y cuando nada hacía suponer que podía suceder, tras un sonido seco, un añoso y enorme árbol se derrumbó sobre el cauce mismo del arroyo, cayendo pesadamente sobre las piedras y el agua.
Solo la providencia hizo que tres niños que hasta hacía minutos habían estado en el lugar se hubieran retirado llamados por sus padres para compartir la merienda unos metros más allá de donde sucedió el hecho.
Ninguno de los ocho integrantes de las familias que estaban en el sector sufrieron lesiones y para ellos sólo fue una anécdota con final feliz.
El hecho sucedió a metros del vado que lleva al Museo Dubois, aguas abajo del arroyo rumbo a El Cañito. Está previsto que desde primera hora del viernes, empleados municipales trabajen para trozar el enorme tronco, quitar las ramas y las raíces para dejar en condiciones la zona.