A fines del mes de junio, la Justicia receptaba el pedido de paradero de «E» (mencionada de este modo para preservar su identidad), una joven mamá vecina de B° Liniers quien faltaba de su hogar desde hacía varias horas. La denuncia había sido radicada por la familia del esposo de la presuntamente desaparecida y, horas mas tarde una escalofriante realidad salía a la luz.
La mujer se presentó por sus propios medios ante la Unidad Judicial manifestando que se había ido de la casa que compartía con su esposo y la familia de éste, por propia decisión; a la vez que narró una terrible historia de cómo era su vida en ese lugar del cual había logrado «escapar».
«E» habló de años de sometimiento, maltrato y hasta de hechos de abuso sexual y apuntó contra su familia política por graves hechos de violencia familiar. Luego, algunos testigos dieron fe de tal aberrante situación; contando, por ejemplo, que la mujer no podía salir sola de la casa. «Si iba a la despensa, lo hacía acompañada de un familiar de él, nunca sola», expresaron. Otros, incluso, aseguraron que la mujer ni siquiera tenia la libertad de disfrutar de sus hijos, «Se le veía la cara de sufrimiento que llevaba», agregaron otros.
Ante esto, las primeras medidas dispuestas por la Justicia fueron las de imponer restricciones entre la víctima y los supuestos victimarios, a la vez que le otorgaron un botón antipánico. En tanto, la mujer fue reubicada y respecto a sus hijas intervino Senaf.
Con el avance de la causa, tanto la pareja de la víctima como su hermana (cuñada de ella) fueron imputados de «Lesiones leves reiteradas» y «Privación ilegítima de la libertad».
Mientras la víctima mantiene tratamiento psicológico y psiquiátrico, la Justicia avanza en la investigación y la realización de las pericias podía cambiar la historia. Nada descarta que la situación de los imputados pueda agravarse, como así tampoco posibles nuevas imputaciones.
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