El Casino de Alta Gracia está en obras. Para los desprevenidos que tal vez piensen que la Concesionaria de Entretenimientos y Turismo (CET S.A.) ha comenzado los trabajos de construcción a fines de utilizar un espacio del inmueble para llevar adelante programas de lucha contra la ludopatía, se equivocan. Lo real y concreto es que la concesionaria de los juegos de azar en la provincia ha decidido que ya no funcione más el bar que se ubicaba dentro mismo de la sala, y que en ese espacio funcionen más máquinas tragamonedas.
Sí; las autoridades, sin dudas, vieron que los slots existentes no daban abasto para la concurrencia diaria, y decidieron instalar más maquinitas y ampliar así la capacidad de la sala, destinándola exclusivamente a que los apostadores tengan cada vez más posibilidades a la hora de elegir dónde gastar su dinero.
“Si esto se concreta, sería una barbaridad. No hay mecanismos de control activo por parte del Estado y el concesionario hace lo que quiere. Además, cabe recordar que los slots ni siquiera son un juego de azar, sino máquinas programadas para que los jugadores, tarde o temprano, siempre pierdan”, opinió el concejal Roberto Brunengo, propulsor de medidas que contengan la ludopatía.
Tal vez haciendo gala de la frase que “de enero a enero, la plata es del banquero”, pareciera ser que los dueños de CET no tienen intención alguna de devolverle a la comunidad ni una parte de lo mucho que se lleva. Ello quedó patente días atrás cuando tuvo que ser el municipio quien repusiera y arreglara las luminarias del parque a costa y cargo de los vecinos, ante la inacción de la empresa (y la ausencia de exigencias por parte del Estado municipal). El mismo municipio que recibió un rotundo “no” del CET ante el pedido de poder usufructuar a beneficio de instituciones, la playa de estacionamiento ubicada dentro de los predios del Casino del Sierras Hotel.