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Casi el 50% de las denuncias son por violencia familiar

Las cifras aumentaron en el último tiempo. La pregunta es: ¿Hay más violentos o valentía para denunciar?

En septiembre del año pasado, este medio daba a conocer datos verdaderamente alarmantes en torno a lo que “oficialmente” demostraba un incremento en hechos de Violencia Familiar y/o de Género, en el departamento. Decimos “oficialmente”, porque estos datos partían de manera directa de los números que a diario se asientan en las fiscalías, sobre hechos de esta índole. Lo cual, evidentemente, no corresponde al total de episodios violentos que puedan ocurrir, teniendo en cuenta, que no siempre ese tipo de casos pasan por la mesa de un fiscal.

Esos números, que en realidad son personas que de una u otra manera vienen padeciendo hechos de violencia; hace cuatro meses se habían incrementado notablemente. A tal punto, que desde la Justicia habían reconocido: “hoy por hoy es lo que más hay”, debido a que conformaban el 25% del total de las denuncias realizadas. “De 4 mil denuncias que ingresan, mil son por algún caso de violencia”, había confirmado a RESUMEN una fuente fidedigna judicial.

Sin embargo, cuatro meses después, esa cifra se duplicó y, ahora, los casos de violencia familiar denotan el 50 % de todo aquello que pasa no sólo por la mesa de un fiscal o un juez, sino del mismo comisario. Es decir que, en este período, el aumento fue más que brusco.

La Violencia es prioridad
Por otro lado, desde la Justicia también remarcaron que cuando a violencia familiar se refiere, éstos, a la hora de ser atendidos, cobran prioridad y se le da un tratamiento “privilegiado”, por así decirlo, a modo de lograr su pronta resolución. Más aún, cuando hablamos de hechos donde hubo reincidencia y/o prima una orden de restricción.
Como ejemplo más reciente de esto, podemos mencionar dos casos que si bien el único denominador común que tienen en sí es la violencia misma, ambos atienden a esta preponderancia a la que desde la Justicia se alude. Uno de ellos fue la detención del sujeto que el 30 de diciembre último, había “molido a golpes” a su ex pareja a la cual tenía prohibido acercarse, en Valle Alegre. Éste, había huido y la Justicia lo buscó hasta detenerlo, porque consideraban que su libertad era un peligro para la mujer y su familia.
El segundo hecho ocurrió hace apenas dos días en una casa de calle Catamarca. Allí, la policía arribó gracias al alerta de los vecinos que alegaron sobre una pareja “discutiendo fuerte” y que ella estaba embarazada. Cuando los efectivos llegaron, el hombre les habría dicho: “no es nada, ya está todo bien”; sin embargo, al ver “la cara de susto” de la mujer, los uniformados no se fueron y le pidieron “a modo de negociación”, que la dejara salir de la casa. Ésta, fue acompañada al Polo de la mujer pero no radicó ninguna denuncia, debido a que no fue mas que la discusión; por lo que el hombre no fue detenido. Así mismo, el trabajo de prevención policial fue el preciso. ¿Esa discusión podría haberse ido de las manos de haberse retirado la policía cuando el hombre se los pidió?, es algo que nunca se sabrá, pero claro está que siempre es mejor prevenir.
En este sentido, es importante aclarar que cuando hablamos de hechos de violencia familiar no solo nos referimos a la que un hombre ejerce sobre una mujer (término que suele confundirse con el de género). Sino que tiene que ver con toda aquella que se da dentro del seno familiar: padres hacia sus hijos o viceversa, hermanos, tíos, etcétera. Por eso, el hincapié que hacemos es en el aumento de las denuncias en cuanto a la Violencia familiar, donde se incluyen las de Género.

Más denuncias ≠ más violentos
El común de las personas interpreta este 50% de dos maneras:
1) Las personas están más violentas
2) Las personas se están animando a denunciar a los violentos.

Desde este lado, podríamos decir que corresponde a las dos cosas, ya que, por un lado, es innegable hablar de hechos que antes en una ciudad “con encanto de pueblo”, no ocurrían; pero por el otro, tampoco puede taparse el espiral de denuncias que se ha evidenciado en el último tiempo.

Desde la creación de áreas destinadas particularmente a la mujer, como el Polo de la Mujer en Córdoba, son cada vez más las se animan a denunciar a sus victimarios. Esto, porque se ahorran la sobre exposición que pueden tener en “la comisaría más cercana”; pero, sobre todo, porque confían en que su denuncia va a prosperar; (sin ánimo de ofender a la institución policial), pero se sabe que esta es la terna queja.
Podemos concluir con que personas con conductas violentas las hubo siempre. Sin embargo, hay que ver este 50% como positivo. La gente ya no se calla, la gente denuncia.

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