Con apenas 21 años y solo como un vecino mas, Carlos Merlo se unía a la lucha contra las llamas que azotaban la tranquila zona de Potrero de Garay. Ese 2003 marcaría un antes y un después en la vida quién años más tarde – y junto con otros cinco voluntarios- formaría el primer cuartel de Bomberos de dicha localidad de Santa María.
«Todo surgió en el año 2003, luego de los incendios grandes que tuvimos en esa época, uno participaba como civil en distintas tareas de extinción de incendio, después me sumé a proyectos de formación de Defensa Civil local hasta que en el año 2007 en la gestión de Pablo Merlo surge la idea de formar un cuartel de Bomberos Voluntarios», recordó el actual Jefe de Bomberos Voluntarios de Potrero de Garay, en diálogo con RESUMEN.
Con casi 17 años de servicio, Merlo recuerda que por aquel entonces se realizó una lista de postulantes a formar parte del cuerpo de Bomberos, de la cual participó como postulante y así comenzó. «Empezamos sin nada, no teníamos ningún elemento, era todo esfuerzo hasta que en 2010 nos dieron la personería jurídica y a partir de allí todo fue creciendo y mejorando», añadió Merlo quien es el primer Bombero de su familia pero no el único ya que años más tarde su hermana Romina también se sumaría con la misma pasión y entrega al cuerpo de Bomberos de Potrero de Garay.
Carlos reconoce que el incendio de 2021 -uno de los más grandes de los últimos años en la zona- fue uno «de los que más lo marcó».
«Fue tremendo, muy grande. Ese incendio nos hizo reflexionar de que a veces lo aprehendido con los años o todo lo que puedas tener de experiencia, no alcanza. La naturaleza siempre te sorprende», dijo Merlo quien – y en paralelo a las largas horas que le dedica a su vocación de servicio-, realiza electricidad de autos.
Este año el cuartel de Bomberos de Potrero cumple 14 años de vida. Ese pequeño proyecto impulsado por un Merlo de apenas 23 años de edad y otros cinco inquietos, hoy es toda una institución.
«Realmente el esfuerzo valió la pena. Nosotros cuando empezamos no solo le dedicamos mucho tiempo sino también dinero, para poder vestirnos por ejemplo, para pagar el combustible cuando íbamos a realizar algún curso, la comida a veces, en fin. Después todo fue cambiando y mejorando y hoy ver el cuartel que tenemos- con más de 200 metros cuadrados y un parque de automóviles con seis móviles -nos llena de orgullo. Pero también nos llena de orgullo ver los valores, el compromiso y la vocación de servicio de quienes integran nuestro cuartel. Lo demuestran día a día», dijo.
«Ser Bombero es un estilo de vida al cual se llega por elección propia. Siempre tenés eso de que querer ayudar y más cuando alguna situación es critica, la satisfacción de poder ayudar es lo más gratificante», culminó.
Comentarios: