
Divertida, provocadora, buscando constantemente la empatía del público, Narda cerró con una gran clase no sólo de recetas, sino de formas de vivir y comer. » Comemos mal, porque a menudo decidimos el menú en base a recetas y deberíamos hacerlo pensando en qué ingrediente debemos comer hoy», «Hay que esforzarse y comer más fruta y verdura, en el fondo estamos programados para eso», fueron algunas de las frases, mientras interpelaba al público con preguntas algo «incómodas»: «Levante la mano quién comió pasta más de 3 veces esta semana? y carne?».
Más temprano Martín Molteni, amable, simpático, ameno dio una clases magistral cocinando nada menos que un yacaré, que fue furor en las redes.
Tres días de cultura gastronómica
El éxito de Peperina demostró definitivamente la importancia de la relación entre turismo, cultura y gastronomía.
Un vínculo estrecho, que se retroalimenta desde las tradiciones hasta las visiones más modernizadoras. Si es cierto que la gastronomía es parte del Patrimonio Cultural de una comunidad, Alta Gracia es sin dudas la candidata a posicionarse como destino turístico de excelencia y este Festival, en su tercera edición supo convocar, entusiasmar y cumplir con sus promesas.
Unas 40 mil personas pasearon, comieron, degustaron, compraron y se detuvieron frente a los grandes maestros tanto locales como provinciales y nacionales, a lo largo de las tres jornadas del Festival.
Apertura
En el corte de cinta estuvieron presentes el intendente Facundo Torres, el vice Juan Manuel Saieg, el secretario de Turismo de la Nación, Alejandro Lastra, la Directora de Desarrollo de Productos Turísticos de la Nación, Mariángeles Samamé, la legisladora de la UCR, Amalia Vagni, el Presidente de la Agencia Córdoba Turismo, Julio Bañuelos; el Presidente del Banco de la Provincia Daniel Tillard, miembros del Concejo Deliberante local, y público en general.
Alejandro Lastra elogió al festival, y además anunció que se integrará Peperina CocinAR, el programa de Turismo Gastronómico que impulsa el Ministerio de Turismo de la Nación, para armar el mapa de la cocina argentina y posicionarla en el plano nacional e internacional.
Grandes Maestros
Osvaldo Gross, Dolli Irigoyen, Soledad Nardelli, Narda Lepes, Martín Molteni, Juan Braceli fueron los chefs invitados que consolidaron el prestigio de esa gran fiesta. Cada uno con sus recetas, y distintivas formas de ser: Juan Braceli y Sole Nardelli, encantaron con su histrionismo. Osvaldo Gross y Dolli Irigoyen, los sabios, los grandes maestros que hipnotizaron al público. Lucas Galán, el gran chef cordobés, divirtió y se ganó numerosos aplausos con su recetas y sus chistes con tonada con aroma a sierras. Martin Molteni, en tanto, cautivó con su dulzura y una receta muy particual con yacaré; mientras que Narda Lepes cerró a lo grande, con una receta bien terrenal.
Los locales, Roal Zuzulich, Egüi Martin y Maximiliano Buchiell, supieron deslumbrar y remarcar por qué Alta Gracia goza de un renombre a nivel provincial en cuanto a su propuesta gastronómica, innovadora, de alto nivel y, a menudo, experimental. Los cocineros brindaron sus clases mostrando no solo todo su talento, sino también su capacidad histriónica y el manejo de técnicas tanto tradicionales como extremadamente novedosas.
La dupla
Julián Espinosa y Andrés Chaijale, colaboradores gastronómicos, fueron las manos detrás de todo los que acontecía entre las hornallas. Todos y cada uno de los chefs que subieron a escena destacaron su labor tanto en la parte organizativa como en su capacidad de cocineros y expertos en la producción gastronómica.
El público
No pasó desapercibida la gran cantidad de turistas que, juntos a los vecinos, colmaron todos los espacios del Festival. No faltaron los extranjeros, que eligieron a la ciudad del Che entre sus itinerarios y pudieron disfrutar de todo lo típico y fusión de los stands. Sin embargo, lo que tal vez más llamó la atención, fue la enorme cantidad de público sentado, atento, silencioso durante las grandes clases magistrales. En algunos casos, hasta ubicados en primera fila, en el piso, mirada atenta y pendiente por largas horas. Podría pensarse que se trata en su mayoría de cocineros, aspirantes expertos del rubro, sijn embargo con el simple observar o dialogando con algunos de ellos, quedó de manifiesto que muchos de los espectadores eran en realidad apasionados de los cona, del arte pedagógico de los chef y la capacidad de trasmitir esa pasión; vecinos y turistas atraídos por el formato de las clases, la posibilidad de ver en vivo esa arte de magia, escuchar las anécdotas, las historias y las claras, pacientes y dedicadas explicaciones. Y lo demostraron las colas, en algún momento, como en el caso de Osvaldo Gross, hasta algo agitadas, para lograr una selfie, un autógrafo, un ejemplar de libro firmado por uno de los maestros.
No sólo gusto
Peperina es el festival de los sentidos, y el oído tuvo su protagonismo. Hacia el final de cada jornada el público, entre un artista de la gastronomía y otro, pudo pasear, degustar los sabores y percibir los colores de productos, objetos, alimentos, delicatesses, acompañado por la música en vivo de distintas bandas, tanto locales como de trascendencia nacional. Jazz, blues, acústico, fueron entre los elegidos para ese maridaje de sentidos.
Dedo Negro, uno de los “platos fuertes” se exhibió frente a un gran público, es un cuarteto de guitarras acústicas, integrado por jóvenes músicos de distintas regiones del país. Anoche fue la hora de Ivan Singh, una de las grandes promesas del blues en Córdoba, que despertó las miradas de varios expertos en su paso por el Cosquín Rock de este año.
Entre los locales, Mixtura, con una propuesta rock, seguido por Elefantes Trío, con composiciones propias de Santi Ortiz y arreglos de clásicos del rock nacional traducidos al lenguaje del jazz, mientras el sábado, Ornella Petrini, voz de la Banda del Boliche, se exhibió como solista, en clave acústica.
Los stands
Más de 100 stands y puestos, desde restaurantes, food trucks, venta de alimentos, bebidas, conservas e hierbas aromáticas hasta herramientas para la cocina, merchandising y libros de gastronomía, con platos gourmets preparados a la vista y precios de feria a lo largo y a lo ancho de todo el evento. Muchos de ellos se mostraron satisfechos por la afluencia de público y el nivel.
Evento verde
Este año, además, Peperina volvió a ser un “evento verde” de la mano de Fundación Natura, recuperando residuos aprovechables y con un beneficio social y solidario. Se entregaron durante las tres jornadas, cerca de 300 bombas de semillas a los asistentes que se involucren en el cuidado ambiental. Se generó, por otra parte, gas ecológico con los residuos orgánicos no compostables, y se separaron también para hacer los plásticos para producir ladrillos, cartón, vidrios; y el aceite vegetal usado para producir biodiesel y aceites industriales reciclados.
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