Sociedad

“Ernestito” y la campana de la escuela Solares

Él jugaba como los demás; cuando no se sentía bien, se iba al fondo del aula, sacaba su inhalador, que funcionaba con un sistema como el del viejo rociador de los peluqueros, al que llamábamos el aparatito (…)”; la anécdota corresponde al relato de Alfredo Moreschi, compañero de escuela de quien fuera, con el andar de los años, un ícono de la Revolución y la Resistencia de los pueblos oprimidos, Ernesto “Che” Guevara.
“Ernestito”, como se lo conocía por entonces, era un niño que como tantos otros se había mudado a la ciudad para combatir sus problemas respiratorios y cursaba estudios primarios en la ciudad, asistiendo al quinto y sexto grado de la Escuela Manuel Solares, la más antigua de la Provincia. Según cuenta Nilda Moreschi (actual vicedirectora del lugar e hija de Alfredo), su padre y Ernestito llegaban cada mañana al lugar, se colgaban de la campana y la hacían sonar para escapar luego raudamente antes de ser descubiertos por las maestras.
Entre las anécdotas de esa época, la familia rescata la del respirador: “En una ocasión Ernestito hizo algo que disgustó a uno de los hermanos Moreschi y tomaron el «aparatito» que tenía para el asma y para hacerlo rabiar, lo pasaban de mano en mano. Al final, se lo dieron, pero él en revancha, se tomó la tinta del tintero nuevo de su hermano».

Mi amigo el “Che”
Esos niños de la infancia, que jugaron en el centenario patio de la Escuela Solares y se colgaron junto con él de la campana, luego vieron crecer el mito hasta abarcar dimensiones mundiales: “A todos nos impactó su carrera. Le preguntaría cómo hizo para sobreponerse del asma. Yo, no lo hubiese hecho”, señaló para un matutino provincial María Fernanda Villosio, una de sus ex compañeras.
Otras familias de la ciudad convivieron con el mito a puertas cerradas, porque durante décadas todo lo relacionado con el revolucionario cubano-argentino era palabra vedada puertas afuera: “De eso no se habla”, es el refrán que recuerda Nilda , quien heredó el anecdotario y la pasión por investigar el paso de Guevara por la ciudad, iniciando el reconto de datos en su obra “La infancia de un mito” cuando era peligroso tener ese tipo de documentación en los años setenta, o cuando no existía interés cultural, ideológico ni tan siquiera turístico en los ‘90 sobre ello: “La primera publicación de este trabajo, se concretó en España, cuando el “Che” estaba todavía proscrito en nuestra cotidianeidad. Fue en la Revista “El rincón de los artistas” de Vigo, Galicia, España”, explica Nilda.
Hoy, Alta Gracia festeja a su vecino más famoso, atrayendo visitantes de todos los rincones del planeta que conocen su Casa-Museo. La Municipalidad organiza eventos para conmemorar la fecha y la ciudad se embandera con su rostro cuando hasta hace poco su nombre era pecado. Mientras la “Campana” del “Che” niño sigue ignorada y silente, en un rincón de la Escuela Solares.

 

Fotos:

1) FOTO de la visita de Hugo Chávez, presidente de Venezuela y Fidel Castro, primer mandatario de Cuba, que se concretó el 22 de julio del año 2006, cedida por el fotógrafo Norberto Lorenti junto a los amigos don Ariel Vidosa, Carlos «Calica» Ferrer y Enrique Martín

2) FOTO de Alfredo Moreschi en una entrevista den el día de la visita de Fidel y Chávez

3 ) Planilla de nota- Gentileza del Archivo Histórico de la Escuela Santiago de Liniers
(Ernesto: N° 12, Alfredo: N° 17)

4) Foto de los dos juntos a la estatua de Ernestito de Luis Hougras, un magnífico artista plástico de nuestra ciudad, después de las entrevistas y de todo el reconocimiento de su papel como compañero de escuela de Ernesto. Visita de Fidel y Chávez

5) Foto de la entrega del diploma en el cual reconocían como «Guardianes de la Memoria» a los compañeros y amigos del Che.

6) Foto en la Semana del Che de junio de 2007

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