“Conocí la historia de Diego por casualidad. Es una persona que la está pasando mal, tiene dos hijos, una familia por mantener y no tiene trabajo, entonces se me ocurrió una idea para ayudarlo, y además generar uan cadena de favores para otros que también necesiten ayuda”, contó a Resumen Juan Pablo Rodríguez, responsable de la fundación “Un tatuaje por una sonrisa”.
La historia a la que se refiere es la de Diego de la Bianca, un vecino de la ciudad que vive en barrio Parque del Virrey y que necesita “un empujón”, según el mismo cuenta, para salir adelante: “No quiero plata, quiero trabajo. Tengo 43 años, soy joven todavía, soy fuerte, puedo mantener a mi familia y es lo que hace más de un año estoy buscando. Cada tanto me sale una changa, pero nada más. Estar así no es saludable para nadie, ni física, ni mentalmente”, comenta algo emocionado y aclara que sus hijos tiene discapacidad por lo que está haciendo los trámites para que tengan obra social y sean atendidos como corresponde: “Mi hija tiene 14 años y mi hijo 11, los dos tienen problemas de discapacidad. Juan me ayudó mucho, estoy muy agradecido, lo que pasa es que lo que yo quiero es trabajar. A veces no quiero contar la historia porque seguramente hay gente que la está pasando peor que yo, y nadie merece más que el otro”, cuenta Diego, mientras vuelve de llevar a sus hijos al colegio.
El carro solidario
La Fundación, le propuso a Diego darle en comodato un carro que han llamado “Cafecito solidario”. “En vez de regalar café los jueves voy a darle a Diego en “comodato” por 6 meses el carro más las cafeteras industriales que compré y todas las herramientas que necesita y tenemos para el Cafecito. Le vamos a abastecer todo lo necesario (insumos, descartables, etc) para que pueda trabajar , poniendo el carro en su ciudad “Alta Gracia” en un lugar fijo (pidiendo una autorización provisoria en la municipalidad de Alta Gracia) y así generar una salida laboral rápida para esta familia. En el transcurso de esos 6 meses trataremos que Diego consiga trabajo y se estabilice económicamente y el “Carrito Solidario” pasará a otra familia de la provincia de Córdoba que necesite trabajar”, contó Juan en el muro de “Un tatuaje por una sonrisa”, y llovieron los mensajes de aliento para la propuesta.
Sin embargo, la autorización sigue sin poder concretarse. “Estoy muy agradecido, porque desde el municipio están tramitando todo para que pueda poner el carro en alguna parte de la ciudad, aunque los trámites llevan tiempo, y hace bastante que espero que se concrete. A mi me parecía que el mejor lugar era en la esquina del Hospital Illia, sobre todo por la gente que va a la madrugada a esperar por un turno; aunque todavía no se donde me autorizarán a ponerlo; si es que sale la autorización, claro”, aclara Diego.
La cadena solidaria está esperando para ser puesta en marcha, mientras tanto, Diego sigue “peleándola” como puede, dice. “Lo único que pretendo es que mis hijos tengan un plato de comida y una vida digna, donde los buenos ejemplos sean lo principal. La verdad, estoy -como ya dije- muy agradecido por toda la ayuda que me dieron de distintos lugares, aunque a veces se hace difícil esperar que se concreten los trámites cuando ese plato de comida no está en la mesa. Tengo fe, soy creyente, y confío en la buena gente como Juan, que sin conocerme me brindó las herramientas para que podamos salir adelante”, finalizó Diego.-