Hace poco menos de un mes trascendió la noticia en la que una tortuga había sido agredida brutalmente, rompiéndole el caparazón. Los agresores no fueron identificados, pero se trataría de adultos, por la fuerza y saña con la que fue atacada. Cabe destacar, además, que se realizó la denuncia correspondiente en la dependencia policial.
Luego de la operación a la que fue sometida, se le colocó un drenaje ya que contaba con una infección al haber tenido de forma expuesta la herida. Posteriormente se le colocó un parche para cubrir su caparazón y contó con curaciones diarias y salidas al sol, ya que por su condición de reptil cuenta con sangre fría.
Una voluntaria de ADMA con asesoramiento del veterinario adaptó un estanque en su casa para contener a la tortuga durante este período de recuperación del animal. Cabe recordar que, la liberación definitiva podría tardar entre un año y un año y medio.
Por otro lado, esta semana trascendió el ataque a otra tortuga, en el mismo lugar. En esta ocasión, por suerte, no pasó a mayores ya que intervino un vecino. Los agresores, esta vez, eran niños y la estaban agrediendo con un palo.
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