Un banco, dos bancos a la orilla del arroyo son el símbolo de lo que vendrá. Quizás.
Quién no imagina una costanera limpia, con gente que sepa cuidar lo que en definitiva es de todos (y no haga, por ejemplo, fuego dentro de los árboles), un sector con parrillas (tal vez) en lugar de los despojos de lo que alguna vez fue una parrilla y hoy es sólo un montón de escombro y un trozo de cemento y bancos.
Bancos de plaza sí, esos donde la gente puede sentarse a tomar mate o simplemente a disfrutar de uno de los lugares más bellos de la ciudad: el arroyo. Pero han puesto dos bancos. A lo mejor son los primeros, a lo mejor serán los únicos. Tal vez los cuidemos, tal vez no. Tal vez sean la intención de generar espacios turísticos. Tal vez no.
No importa que sean sólo dos. Creemos que son el principio de un gran proyecto: iluminar y dar vida al Chicamtoltina. Hacer un corredor turístico o una senda para bicicletas y poner alguien que cuide para que ya nadie tire pañales ni botellas al agua.
Lo que sea, yo los banco bancos.
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