Por estas horas, la que se vive entre los prestadores y Apross, la obra social de la Provincia de Córdoba, es una simple tregua. La semana pasada se desató una guerra anunciada, por la desactualización de los aranceles y las crecientes dificultades económicas que enfrentan las instituciones de salud en todo el territorio cordobés. En particular, el día miércoles empezó a hacerse pública una medida de fuerza que, de no haber una señal de diálogo, se implementaría a partir del viernes 1 de septiembre: cada prestador adherido, atendería, en el caso de afiliados Apross, solamente casos de urgencias y embarazos. La medida extrema, que finalmente no se puso en práctica, fue dispuesta por el conjunto de las cámaras de prestadores de Capital y del interior de la provincia: Caescor, Cames, Aclisa, Aclinor, Agrupación de Clínicas del Departamento Colón, San Justo, Villa María y Río Cuarto.
El ajuste que no fue
Según trascendió, el malestar explotó en dos etapas y por una serie de “traspiés” de la obra social. Por un lado, a mediado de junio Apross habría aprobado una actualización del nomenclador de las prácticas médico-asistenciales, tal como lo difundió un medio capitalino.
Lo que distintos profesionales de la salud señalaron, fue que el nomeclador desapareció muy tempranamente de la web, aunque todavía se desconoce si se aplica o si, por alguna disposición oficial, se dio de baja. Fuentes extraoficiales de Apross desmienten y apuntan a una maniobra política.
Fue a partir de este malestar e incertidumbre que los prestadores, en forma organizada, solicitaron una reunión de urgencia el lunes pasado, que habría sido programada para el miércoles con representantes de toda la provincia. Sin embargo, lo que aparentemente terminó de desatar la furia, fue que, llegado el momento, nadie los recibió.
El viernes, día de inicio de la medida de fuerza, se realizó finalmente la reunión, previo acuerdo de tregua. Hasta ahora no hay comunicación oficial de Apross, mientras siguen las negociaciones y rige un absoluto hermetismo.
Las voces locales
El jueves, a tan sólo horas del anunciado corte de atención, RESUMEN se acercó a hablar con los directivos de las principales clínicas de la ciudad. El doctor Raúl Gil, a cargo del Sanatorio Alta Gracia, explica: “Desde hace un año venimos tratando de mejorar los aranceles en Apross y no se ha podido conseguir entonces se ha llegado a este punto. Esperamos que el directorio del Apross nos de algún tipo de solución. Ese tipo de medidas no es a lo que queremos llegar, pero los insumos han subido, los medicamentos han subido un 100%, además de luz y gas; todo eso no nos hace posible seguir adelante. Hoy los aranceles que estamos manejando son de abril de 2016, algunos con descuentos. Tratamos de pedir algo lógico, ya diría no ganar, pero por lo menos que nos deje mantenernos; no tenemos la espalda para seguir mantener este esquema. Pasan los meses, y las respuestas no están”.
Por su parte, la doctora Liliana Bargi, directora de la Clínica Santa María, confirma: “Estamos preocupados. No se actualiza el nomenclador de Apross. Si llegamos a este punto es porque no hubo posibilidad de diálogo. Desde enero se pidió tratar de arreglar con notas, con una solicitada, y finalmente el miércoles se convocaron distintas instituciones prestadoras de Córdoba Capital y del interior y ni siquiera fueron recibidos, y de ahí vino el ultimátum. Más que enojo, esto nos genera mucha angustia, porque no sabemos cómo seguir”.
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