Durante la mañana de este martes, la psicóloga Alejandra Rossi se comunicó telefónicamente con los estudios de 88.9 FM.
A partir de un diálogo con el equipo de «Todo Pasa», la profesional habló del congreso que se realizó durante el viernes y sábado pasado, en la ciudad de Córdoba: «El congreso se llevó a cabo los días viernes y sábado, es el tercer congreso que organiza la Facultad de Psicología después de múltiples jornadas, hemos militado este 10 de septiembre con múltiples actividades científicas y comunitarias. Se llama en todas las divisiones “Congreso sobre Conductas Suicidas y Problemáticas Asociadas”, sabiendo que en esta asociación muchas veces se da el riesgo. Por lo que hemos podido hablar de adicciones, conductas alimentarias, soledad, entre otros factores de riesgo; y la necesidad de políticas públicas que puedan recoger esos pedidos».
En cuanto a las políticas públicas que pretenden plantearse, Rossi mencionó que «Sean estrategias locales basadas en el conocimiento de la comunidad y las personas que habitan en ellas. Es muy importante saber que Córdoba ha estado en la vanguardia con la creación del programa provincial. Tienen que ser abarcativas y también pensando a todas las personas que tienen un padecimiento subjetivo, sea el que fuere. Estamos errados al usar el suicidio como solución. La capacidad de generar redes en una comunidad es un factor preceptor, y es donde hay un lugar donde circule la palabra y detectar factores de riesgo. Es fundamental».
Por otro lado, la psicóloga enumeró algunos de los factores: «Siempre rescatamos algunas cosas: el suicidio es multicausal, decir que es un proceso, y las personas necesitan de una escucha y una mirada de estas señales de alerta para poder ayudarse. Los factores de riesgo hacen mirar este cambio radical en la persona: aumento en irritabilidad, trastornos en el sueño y forma de alimentarse, dejar de sentir placer en cosas que antes buscabas, pasar mucho tiempo solo, aumento en altos negativos, ver el ambiente en el que se vive. El suicidio vuelve a implementarse en la tercera o cuarta edad, aunque hay una franja etaria de adolescentes de más alto riesgo. Deberíamos concientizar y tener un trabajo más sistemático de esto».
«Nosotros trabajamos sobre que hablar sobre suicidio no incita nada, es un proceso y si la persona tiene la idea, puede que la pregunta ayude a salir de ese momento y pensar en estrategias de ayuda. No estamos entrenados para ver las advertencias, y las vemos retrospectivamente; y la decisión tomada tiene una calma que hace que los de alrededor pensemos que la crisis se ha superado. Si uno ve las señales en otro, debe ofrecerse como ayuda o llevar a la persona al centro de salud más cercano», dijo Alejandra.
«Hoy en día, lo social y lo familiar como factor de riesgo es muy grave. Lo que se ve son cifras alarmantes. Hay que tener mucho cuidado con la medicación en el hogar, por lo que hay que respetarla ya que es de uso personal», finalizó.
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