Todo sigue igual, o peor. El predio donde se erigían los antiguos filtros de agua (frente al García Lorca, exactamente en la esquina de Tacuarí y Di Gianantonio) ya no luce la faja de “clausura” colocada por la Municipalidad luego de que el sitio histórico fuera demolido por un empresario inmobiliario.
Ahora está perfectamente alambrado; listo para la venta se podría decir si no fuera porque hay una investigación y una causa en marcha ya que se trataría de tierras municipales donadas por la compañía de Tierras y Hoteles.
El escándalo fue probablemente la gota que rebalsó el vaso para que un funcionario renunciara por ser familiar del imputado.
Pero el agua sigue corriendo… y no es en sentido figurado, ya que de los caños que sobrevivieron a la debacle, salen dos pequeños chorritos, imperceptibles de lejos pero no para la lente de esta Mirada Atenta que no se pierde ningún detalle.
Terrenos públicos alambrados, caños de agua rotos, avivadas de los privados, nada nuevo, ¿no?