Franco, uno de los tres hijos de Romina Yan, fue muy dulce al hablar por primera vez de su madre, quien falleció cuando él tenía 10 años. El joven, que sigue los pasos de su mamá, contó que se conecta con ella a través de la música y la siente con los gestos de otras personas.
“Cuando viene alguien y me dice ‘sos igual a tu mamá’, lo siento como un mensaje de ella, porque es raro. Yo creo que te mandan mensajes a través de estas personas, siempre me pasa en lugares como aeropuertos, donde se cruza mucha gente. Siempre agradezco”, dijo el actor en diálogo con Agárrate Catalina.
“Me conecto con ella a través de la música, a través de estas cosas cotidianas que me pasan. Ella está. Uno extraña la pérdida física, pero yo aprendí que están siempre, inclusive más que si estuvieran en este plano», agregó Franco.
“Pero no voy a mentir, siempre tengo ganas de sentir un abrazo”, cerró en una charla íntima con Catalina Dlugi.
Recordemos que la sorpresiva muerte de Romina Yan fue un episodio conmocionante en el mundo del espectáculo. Con apenas 36 años y tres hijos, la protagonista de Chiquititas perdió la vida de manera repentina y dejó varias preguntas que aún, 13 años después, siguen sin respuesta.
Fue el 28 de septiembre de 2010, cuando Romina Yan salió del gimnasio. En la esquina de Avenida del Libertador y Alvear, en Martínez, empezó a sentirse mal, se descompensó y cayó al piso. Entonces, un amigo la llevó de urgencias al Hospital Central de San Isidro, donde intentaron reanimarla sin éxito durante 50 minutos. La declararon muerta a las 17:20 horas.
Sus padres, Cris Morena y Gustavo Yankelevich, decidieron no difundir el parte médico oficial. Con su anorexia en primer plano, varias especulaciones respecto de la causa de la muerte de Romina Yan surgieron en las horas posteriores. Sin embargo, según se informó, la actriz había llegado muerta de un paro cardíaco que «no fue traumático».
Sus restos fueron despedidos bajo los ojos llorosos, miradas atónitas y llantos desgarradores de miles de argentinos. Finalmente, estos fueron sepultados en una ceremonia privada en el Cementerio Del Pilar. El mismo día que sus restos fueron despedidos, fanáticos se concentraron en el Obelisco para rendirle homenaje a la actriz, con velas, flores y carteles que expresaban mensajes de cariño. Los fanáticos marcharon desde el Obelisco hacia el Teatro Gran Rex, donde Romina hizo gran parte de su carrera teatral.
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