Si bien son varias las causas judiciales que por motivos de pandemia se dilataron más de lo habitual, el caso de Teo lleva casi tres años de espera y sin vistas aún de una pronta resolución.
Se trata de uno de los casos que más conmovió en el departamento Santa María y hasta a nivel provincial. El niño de poco más de un año de edad, falleció en enero del 2018 en un nosocomio de la capital cordobesa luego de que se ahogara en una pileta de la guardería RecreArte de la localidad de Anisacate. Lugar que, se suponía, era asistencial.
Por el hecho, María Inés Conde y Mariel Sabich- la encargada y una docente del lugar- fueron imputadas por el delito de Homicidio Culposo, ya que la Justicia local entendió el hecho como «accidental» y, al día de la fecha, ambas aguardan juicio en libertad.
Si bien el caso fue enviado a juicio durante el mismo 2018, el hecho de que la defensa de las acusadas presentara más de un recurso para obstaculizar que la misma llegara a una Cámara, continuó demorando los tiempos y, a posterior, llegó el parate de la pandemia. De acuerdo a los dichos de Mayra e Imanol, padres del pequeño, la intención de las imputadas no es otra más que la de evitar un juicio oral.
Por otra parte, y más allá de la atención limitada que ha habido en los Tribunales de manera preventiva, se sabe además que siempre tienen prioridad las causas con detenidos y, más aún, cuando de violencia familiar se trata. Pero, como si esto fuese poco, otra de las trabas para que esta causa llegue a destino es la falta de recursos que tiene el fuero penal de Córdoba, contando con apenas tres salas adaptadas para audiencias a través de videoconferencia en toda la Provincia; cuyas prioridades son las anteriormente mencionadas.
Así mismo, Diego Aguero, abogado de la familia de Teo, remarcó su insistencia en el pedido de una fecha de audiencia a fines de resolver de una vez por todas el caso que, para ellos, lejos está de ser «accidental».