El pasado fin de semana, fue noticia la muerte de Luciano Mamondes. Un joven de 23 años oriundo de esta ciudad, quien estaba preso desde el año 2013 acusado de ser uno de los autores de la muerte de Claudio Campos, otro vecino de Alta Gracia a quien asesinaron a golpes tras robarle las zapatillas. (nota relacionada)
Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, cartera que depende del Servicio penitenciario, se limitaron a informar que habían sido los guardias de seguridad quienes se encontraron con el condenado “ya sin vida y sujeto del cuello con un vendaje a la grifería de la ducha, en posición de cuclillas”, mientras hacían el habitual recorrido. Aportando, además, que el interno estaba momentáneamente alojado en el servicio médico del complejo carcelario de Bouwer para control evolutivo, pero que anteriormente había estado en la cárcel de Cruz del Eje.
La familia descree el suicidio
Por su parte, los cercanos al joven fallecido, rechazan hablar de un suicidio y aseguran que en realidad se trató de un homicidio. Raúl Mamondes, padre del encartado, dialogó con RESUMEN mientras despedían los restos de su hijo en una casa velatoria de calle España y, con los ojos vidriosos pero la voz firme, el hombre insistió en la voluntad de que “la verdad salga a la luz” y dijo estar convencido de que a su hijo “lo mató la policía”.
“Yo se que Luciano estaba bien porque hablé con él el mismo sábado desde las 7 de la tarde, y cerca de las 2 de la mañana me llamaron de la cárcel para decirme que fuera a la morgue porque se había ahorcado. Era imposible, mi hijo estaba bien, no tenía ningún problema y ni fuerzas para haber hecho eso”, expresó el hombre quien a la vez explicó que su hijo estaba en el área de salud porque ese mismo día había recibido el alta “anticipada” del Hospital Córdoba donde estuvo internado e incluso había sido intervenido quirúrgicamente, a causa de una lesión de arma blanca producto de una riña que tuvo en la cárcel de Cruz del Eje.
“Creí que le había agarrado fiebre porque le dieron el alta ese mismo sábado y había estado en terapia. Cinco días más le faltaban en el hospital y no entiendo porqué lo dejaron ir antes y ni siquiera tuvo custodia”, agregó Raúl.
Un evidente traumatismo de cráneo
Luciano había recibido su alta médica con un catéter post quirúrgico y según Raúl, tenía ambas manos inmovilizadas. “Él apenas movía los dedos de la mano izquierda y en la otra directamente no tenia fuerza. Nunca pudo haber hecho eso. Además mi hijo ya había estado siete años preso y nunca estuvo mal, íbamos siempre a verlo. Le faltaban dos años para cumplir su condena, si hubiera querido quitarse la vida lo hubiera hecho antes no ahora. El tiene hundimiento de cráneo, lo mataron los policías, lo se y no voy a parar hasta que se haga Justicia”, concluyó el hombre quien prevé iniciar acciones penales contra el servicio penitenciario y el mismo nosocomio cordobés. Por otra parte, las conclusiones de la autopsia se conocerían en los próximos días.
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