A Hugo lo buscaron intensamente durante cuatro días. Para la familia era demasiado extraño que el remisero de 46 años haya salido de su casa sin decir a donde iba y se ausentara durante tanto tiempo. Sobre todo, teniendo en cuenta que él «vivía para su madre» a quien tenía enferma desde hacía bastante tiempo y le dedicaba las horas que más podía.
Por eso, el lunes 4 de enero del año 2016, a más de 24 hs de su desaparición, su sobrina Micaela decidió radicar la denuncia para ubicarlo. La joven estuvo este martes en el programa Tiempos Violentos y narró paso a paso como fueron las horas previas a su búsqueda. «Estábamos en el cumpleaños de mi abuela, de su mama, y como a las cuatro y media de la tarde me voy a mi casa y lo veo con Jonathan (el homicida) en la esquina del colegio del barrio. No le di importancia porque no se veía que estaban peleando ni nada, sólo hablaban. Y después mi tía la trajo a mi mamá (refiriéndose a su abuela) que era raro porque él nunca la dejaba a mi abuela sola, salvo para ir a trabajar. Bueno pasó ese domingo y él no venía, mi pareja se levantó a las seis de la mañana para ir a trabajar y tuve el instinto de preguntarle si había venido porque no había escuchado la moto y no, no estaba. Le avise a mi papá, le mandamos mensajes y no le llegaban, se había desconectado a las 18:13 del domingo, lo que era muy raro porque él era muy pegado a mi abuela, nunca la hubiese dejado sola. Esperamos porque los lunes entraba a las nueve menos cuarto al trabajo, llamamos y no había ido. Esperamos hasta pasado el mediodía pero no volvía, y así se hicieron las diez de la noche y me fui y hice la denuncia porque ya era muy raro«.
Sobre Jonathan y su vínculo con Hugo
«Jonathan era un chico del barrio. Vivía a tres cuadras de mi casa donde también vivía mi tío pero estaba trabajando en Laguna Larga, iba a ser papá y se había venido para las fiestas para acá y ahí fue cuando paso todo esto. Nosotros sabíamos que mi tío era gay, pero él trataba de guardarse, no siempre demostraba, en realidad creo que nunca lo aceptó y sí, yo sabía que tenia una relación con él (refiriéndose a Jonathan). Por los mensajes de facebook se que había problemas. Era como que mi tío ya no quería y el le insistía. Jonathan le pedía dinero y él le decía que no tenía. Con mi abuela tenía muchos gastos, era todo muy caro. Por ahí no le alcanzaba y eso que él tenía dos trabajos. Trabajaba en Ingratta y en los remises«, agregó la joven confirmando la relación sentimental conflictiva y hasta de aprovechamiento podría decirse, que existía entre la víctima y su victimario.
Un robo algo dudoso
El dia previo a su muerte, Hugo alegó haber sido víctima de un asalto mientras cumplía servicio para la empresa Villa Iglesias. Sin embargo, su relato, no convenció e su totalidad. «El dia anterior a su muerte él dijo que le habían robado. Tenía un puntazo por el hombro y lo habían golpeado. Habían pasado las fiestas y el trabajó, entonces tenia la recaudación del remis el día que desapareció. Lo que le llevaron también. Nos quedaron dudas de saber si ese robo estaba relacionado con lo que pasó después. Y se generaron mas dudas todavía porque el nunca hizo la denuncia. Creímos que conocía al agresor«.
Hallazgo macabro
Hugo fue encontrado con más de 20 puñaladas el viernes 8 de enero en el camino ubicado entre calle Catamarca y las canteras del Cerro y fue luego de que el autor del crimen confesara donde estaba el cuerpo. «El día que lo encontraron yo había acompañado a mi pareja a comprar unas cosas para la moto. Cuando regresé estaba mi papa hablando por teléfono con la novia de mi primo. Cuando cortó me dijo que ella le manifestó que había visto pasar judicial para lado de la Paisanita y que le dijeron que habían encontrado un cuerpo. Agarramos el auto y nos fuimos a ver, fuimos a varias canteras, cuando hicimos una curva estaban todos ahí. Yo me bajé y nos decían que nos vayamos porque estábamos entorpeciendo el labor judicial. Me largue a llorar y ahí fue cuando el comisario nos dijo que aparentemente por la vestimenta era él, mi tío. Fue duro porque estaban todos esperando en mi casa y no sabíamos como decirles. Porque a esa altura ya estaba, era el», recuerda la joven entre lágrimas.
«A mi abuela nunca pudimos decirle cómo habían asesinado a mi tío»
Micaela reconoce que jamás sospecharon de Jonathan ni de nadie. En realidad, jamás se esperaron tal desenlace. «Nunca nos imaginamos que podría haber sido el, que fue él, lo único que queríamos era que volviera, no sospechábamos de nadie. Nunca te esperas estas cosas, pero era muy extraño que se fuera por tantos días, porque el vivía para mi abuela, ella estaba en silla de ruedas y él trabajaba para ella. A mi abuela nunca pudimos decirle cómo habían asesinado a mi tío. A ella le habían agarrado muchos ACV y no nos conocía pero a él si. Ella ya sabia la hora que el llegaba del trabajo, estuvo mucho tiempo esperando que volviera, en los aniversarios se bajoneaba y estaba en cama. Para nosotros fue muy duro«.
Una condena con gusto a poco
Jonathan Peironel fue condenado en el año 2017 a la pena de 13 años de prisión. Inicialmente lo acusaban de un «Homicidio Criminis Cause«, con lo cual podría haber enfrentado una prisión perpetua. Sin embargo, durante el juicio, los jueces consideraron que con cabía tal carátula porque no se había dado muerte para ocultar otro hecho, por lo que la acusación descendió a la de un Homicidio Simple. Tampoco consideraron que hubiera en el caso ensañamiento y/ o alevosía.
«No nos quedamos conformes pero no pudimos apelar por falta de dinero. Él ni siquiera mostró arrepentimiento y mientras buscábamos a mi tío se comunicó con mi papá y conmigo para averiguar de él. Un psicópata, no se como pudo dormir tantos días tranquilo sabiendo lo que hizo«, se descarga Micaela y culmina: «Mi tío era una excelente persona y acá en Alta Gracia era muy querido. Él va a salir de la cárcel pero a mi tío no lo tenemos más«.
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