
La Secretaría de Salud, Desarrollo y Equidad Social les recuerda que la “Hepatitis” es una inflamación del hígado, órgano vital que procesa los nutrientes, ejerce una función desintoxicante y sintetiza proteínas. Cuando el hígado está inflamado o dañado su función puede verse afectada.
En la mayoría de los casos la hepatitis es provocada por un virus. Las hepatitis virales son causadas más frecuentemente por los virus de hepatitis A, hepatitis B y hepatitis C. En menor medida se presentan los virus D y E.
Si no son tratadas las hepatitis pueden causar daño al órgano e, incluso, la muerte. En algunos casos el consumo excesivo de alcohol, las toxinas, algunos medicamentos y ciertas enfermedades que afectan al hígado también pueden causar hepatitis.
Se transmiten por el contacto con la sangre, secreciones corporales (saliva, sudor, lágrimas) de una persona infectada a otra; por tener relaciones sexuales sin preservativo; y de madre a hijo durante el parto. La hepatitis A además puede transmitirse al estar en contacto con el agua, alimentos u objetos contaminados con materia fecal.
Muchas veces las hepatitis no producen síntomas y la enfermedad pasa inadvertida, por lo que solo se la pude diagnosticar mediante análisis específicos de sangre.
Las hepatitis se diagnostican con un análisis de sangre específico que no forma parte de los estudios de sangre que se solicitan en exámenes médicos regulares. El análisis está disponible en forma gratuita en hospitales y centros de salud.
En Argentina todas las personas pueden vacunarse de forma gratuita contra la hepatitis B. En cuanto a la hepatitis A, deben vacunarse niños de 12 meses de edad y grupos en riesgo de contraer la enfermedad, previa consulta médica. Las vacunas de las hepatitis A y B se encuentran incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación y están disponibles en hospitales públicos y centros de salud del país.
En cuanto a la hepatitis C, la medicación es gratuita en hospitales y centros de salud públicos en todo el país.
Además, es recomendable:
• Realizar controles médicos con análisis de sangre una vez al año.
• Usar preservativos desde el comienzo en todas las relaciones sexuales.
• Evitar compartir jeringas, agujas o elementos punzantes.
• Exigir materiales esterilizados o descartables al hacernos tatuajes, piercings o implantes.
• Lavarnos las manos con frecuencia y mantener la higiene personal y del hogar.
Fuente: Gacetilla de Prensa Alta Gracia