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«Mi corazón está dispuesto a todo por este merendero, y eso me abre puertas»

Así lo expresó Alejandra González del Merendero Los Emojis, en diálogo con "Todo Pasa", en el marco de la Semana de la Mujer.

Durante la mañana de este jueves, Alejandra González del Merendero Los Emojis, se comunicó vía telefónica con los estudios de 88.9 FM.

A partir de un diálogo con el equipo de «Todo Pasa», y en el marco de la Semana de la Mujer, la vecina contó la historia de su merendero: «El merendero comenzó en el mes de noviembre del 2021. Más allá del trabajo de ayudar al prójimo, también no solo surge la idea de ayudar a los niños dándoles la merienda, sino que también sea un lugar de contención. Además de armar las meriendas, hay varias actividades. Tenemos otras metas. Son infancias difíciles, pero tratamos de llevar propuestas gratuitas». 

«Funcionamos los lunes y miércoles a las 19:30 horas. En este momento no estamos entregando la cena por los recursos que está viviendo el país. Actualmente nos manejamos con mi familia (mi suegra y mis hijos). Para ayudar, pueden comunicarse a mi celular al 3547612365 o llegarse al merendero en la calle 13 número 359 de barrio Parque San Juan», dijo.

En base al trabajo en el merendero, González mencionó que «Actualmente, cuento con 3 personas que nos ayudan mucho. Ellos nos traen algunos ingredientes, al igual que la ayuda de muchas panaderías. Pedimos y le damos una utilidad. Los niños de 1 a 3 años y los abuelos son los que más voy a hacer hincapié porque tienen una cobertura diaria, a comparación de otras edades«.

«Hasta diciembre del año pasado, teníamos 89 niños; y en estos meses bajó a 50. Nos cuesta un montón porque hay insumos que no nos llegan. Veíamos que la situación era vulnerable, y no podíamos cumplir con todos. Tuve que cerrar la lista», expresó. 

Además, aclaró que «La Municipalidad no nos ayuda. Mi merendero lo tengo sola, no como antes que formaba parte de una organización. En ese momento, la Municipalidad nos mandaba insumos cada 6 meses, ya que no les llegaba tan seguido«. 

«Tengo un patio grande para atender a los chicos en mi casa. Pero después de 35, no entraron todos. La pandemia nos hizo más fuertes y por eso empezamos a entregarnos. No tengo un lugar para todos porque no tengo las comodidades, pero nunca deje esto por mi fe. El corazón está dispuesto, y eso nos abre puertas. Por más situación económica que venga, yo voy a seguir. Siempre hay que tener una meta», finalizó. 

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