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Altagraciense y viajero del mundo

Sebastián “Tatán” Espina es altagraciense y eligió viajar como una forma de vida. Hace unos años, se hizo conocido por la iniciativa que comenzó y que logró cumplir un año y dos meses después: recorrer toda América, desde Alaska hasta Ushuaia, en bicicleta. El primer tramo del viaje lo realizó con dos grandes amigos hasta Alta Gracia, y el segundo, con su novia Candela Blanca Díaz, con la que continúa actualmente recorriendo distintos países del mundo cuando se presenta la oportunidad, más allá de haberse radicado en nuestra ciudad.

Hasta el momento, Tatán recorrió 3 continentes: América, Europa y Oceanía. Su próximo destino con Cande es el sudeste asiático. Sin embargo, a la hora de recordar los destinos que más lo impresionaron, recuerda uno de los rincones más bellos de nuestro país y del mundo: la Patagonia argentina.

Actualmente, Tatán y Cande continúan con el proyecto de viajes que nació con el primer viaje de él (a España) y que bautizó Ratatrip. Ambos suben el material fotográfico de sus viajes a la cuenta de Instagram que manejan entre los dos (@ratatrip).

 

El comienzo de Ratatrip
Tatán comenzó a viajar a los 20 años, cuando todavía era estudiante de abogacía. “Siempre había querido, hacerlo pero por una u otra cuestión lo aplazaba. Mi abuelo era cónsul y me gustaban las historias que contaba de vivir en otros países. De hecho, mi idea era rendir el examen para entrar a Cancillería, pero me terminé dando cuenta de que no estaba hecho para tener jefes”, comenta. Cuenta asimismo que, proviniendo de una familia de 7 hermanos, viajar por turismo no era una opción. Es por ello que para solventar sus viajes, trabajó en sus distintos destinos como pintor, albañil, cocinero, vendedor y hasta guía de aventuras.

Sobre los comienzos de Ratatrip, explica: “Mientras estudiaba abogacía, decidí que los 20 eran un año donde uno tenía que hacer un acto bisagra y entonces me fui a trabajar a España por unos meses, tomándome mi primer avión y conociendo finalmente el mar en la costa Brava. Después de esa primera experiencia, no paré”.
Tatán comenta, asimismo, que afianzó su relación con Cande durante su travesía. Ella también había tomado la decisión de viajar y se encontraron en distintos destinos como Estados Unidos y México.

 

Enseñanzas del viaje
Tatán explica que “viajar fue una gran herramienta para aprender muchas cosas, pero como toda herramienta, una la puede usar bien o mal, mucho o nada”. El viajero asegura que uno puede hacer dos vueltas al mundo y no aprender si uno no se hace permeable a las experiencias y a diferencias culturales.
Al mismo tiempo, comparte: “Supongo que otra cosa que nos enseño el viajar es a entender nuestra insignificancia en relación al tiempo que vivimos y el espacio que ocupamos, lo que nos quitó mucha presión sobre como debe uno ser y sobre cumplir expectativas, y también nos hizo más responsables en cuanto al cuidado de un medio ambiente que no nos pertenece y al tipo de huella que dejamos”.
Asimismo, afirma que no cree que todo el mundo deba elegir el mismo estilo de vida que él para aprender y crecer.

Anécdotas
Para Tatán, cada viaje deja algo si uno es receptivo. De todos modos, cuenta dos anécdotas particulares dignas de mención, como la vez en que el reconocido actor estadounidense Martin Sheen lo levantó haciendo dedo y le pagó el tren hasta San Francisco para reunirse con Cande; o la vez que consiguió un pase de prensa para entrar al abierto de tenis de Acapulco y terminó de fiesta con Rafael Nadal y Guillermo Cañas.

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