La Escuela Luces del Valle, ubicada en la Estancia Jakarona, sobre la Ruta S-523 camino a Villa La Bolsa, pero sobre jurisdicción de Anisacate, alberga hoy a 63 niños y niñas y a sus familias.
Desde hace meses llevan adelante diferentes actividades para poder concretar un proyecto: un aula nueva.
Consultado por RESUMEN, Martín Arocena, uno de los integrantes de las comisiones, relató: «Tenemos en el nivel inicial dos salas: Colibrí y Benteveo. Y tenemos primer, segundo, tercero, cuarto y quinto grado. Con el nuevo ingreso de más familias, el espacio físico nos queda reducido y por ello tomamos la resolución de poder ampliar la escuela. Se decidió hacer un aula con construcción en seco y la estamos haciendo nosotros».
«Desde toda la comunidad educativa, hemos hecho cartas a ferreterías para que nos hagan donaciones de materiales, hemos pedimos dinero en efectivo y también estamos haciendo actividades para recaudar» explicó Arocena.
Sobre cómo funciona la organización de la escuela, contó: «Hay un grupo que coordina es el idóneo, que sabe de construcción y luego nos hemos dividido en comisiones para que unos consigan donaciones y otros tengan un inventario con materiales por ejemplo. La organización es una estructura horizontal, tomamos las decisiones en conjunto a través de asambleas».
Para colaborar, comunicarse al 03547 66-2638.
La Comunidad Educativa Waldorf
La Comunidad Educativa «Waldorf Paravachasca» surgió para dar comienzo a un proyecto que tenía como objetivo generar un espacio educativo que sea parte activa de la comunidad y otorgue herramientas valiosas en la formación de los niños y sus familias, tanto en la escuela como en la vida.
Vivencian su comunidad como un espacio de encuentro en el cual la presencia de cada uno de los integrantes es valorada y esperada con amor y entusiasmo. Es así que, basándose en la pedagogía Waldorf, aspiran a educar y guiar a los niños al encuentro del conocimiento por medio del desarrollo de sus propias capacidades y potencialidades, para que en el futuro puedan ser adultos de libre pensar, capaces de dar propósito y dirección a sus vidas y de actuar en el mundo aportando nuevas soluciones a los desafíos de nuestros tiempos.
Respetando a los niños en sus ritmos naturales, buscan desarrollar e incentivar el interés por el mundo, despertar la fantasía creadora, fortalecer la voluntad, construir una moral sana, el pensamiento propio y crítico, así como despertar la gratitud, el autoconocimiento y el sentido de responsabilidad social.
Su historia
En el año 2016, familias del Valle de Paravachasca se encontraron en la búsqueda común de una educación para sus hijos que tuviese coherencia con su mirada sobre la vida.
Organizando reuniones entre siete familias y una maestra, indagaron e investigaron en diversas líneas pedagógicas alternativas y hallaron en la Pedagogía Waldorf una profunda correspondencia con sus inquietudes. Así nació el proyecto de establecer un nuevo espacio educativo, que tuviera una mirada integral de la infancia y la educación, contemplando las distintas necesidades de los niñss en el desarrollo de su ser.
Durante todo ese año profundizaron en los contenidos de la Pedagogía Waldorf y en la Antroposofía como filosofía que la sustenta, con el apoyo de otras escuelas y maestras Waldorf de mayor trayectoria. Ese año también dieron inicio a los trámites para la constitución de la Asociación Civil Waldorf Paravachasca, la cual emerge como imagen de la unión de estas familias y como respaldo legal y formal del proyecto.
A fines de ese mismo año, una de las maestras fundadoras ofreció un terreno de su propiedad y el dinero para edificar un espacio en donde la escuela pudiera establecerse. Junto con otros aportes materiales y el trabajo de las familias, se realizaron las refacciones y acondicionamientos necesarios.
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