Elizabeth, quien hasta el 31 de septiembre formaba parte del personal de trabajo de Quelo, el local de comidas rápidas que funcionaba dentro del Super Mami, habló con la 88.9 y RESUMEN para visibilizar la situación que ella y unas 14 familias más, atraviesan desde que el lugar cerró sus puertas. Esto, sin previo aviso.
«Estuvimos trabajando hasta el 31 de agosto cuando llegó uno de los encargados y nos informó que por las ventas bajas y la pandemia iban a cerrar por unos días. Como en la primera fase de la cuarentena, que también estuvimos cerrados, pero esa vez no desmantelaron el local ni se llevaron nada, incluso fuimos a hacer un mantenimiento de limpieza los mismos empleados pero esta vez se han llevado todo. Lo han desmantelado«, contó la mujer angustiada.
Por el momento, la respuesta del área de recursos humanos de la firma de este patio de comidas –el cual si bien funciona en varias de las sucursales de Super Mami no pertenece a la firma Bugliotti sino que son inquilinos– es que les pagarán un bono correspondiente al 50% del sueldo. «Pero no tenemos más noticias de qué va a suceder hasta diciembre o los meses siguientes. El local se levantó, nos han engañado», agregó la mujer.
La ex empleada asegura además que Quelo sigue funcionando en otras sucursales de la cadena de supermercados y que por averiguaciones de otros trabajadores, en cada uno de los mismos figura un nombre distinto como titular . «Sabemos que pertenecen a una misma persona pero es una clara estafa. Nosotros incluso trabajamos para esa persona cada vez que hubo shows en el Orfeo«, agregó, quien a la vez descartó la posibilidad de que les ofrezcan trabajar en alguna de esas otras sucursales.
«Nadie dijo que lo iban a vaciar, fue una sorpresa para nosotros por eso no creemos que vuelvan a abrirlo, cargar un camión para luego regresar todo en tres meses es ilógico. Y si fuera por la pandemia, nos dirían vamos a mantener la limpieza y nos vemos en 60 o 90 días pero no, se llevaron todo. Además no ha habido casos positivos en el local y estuvimos trabajando con un protocolo, solo trabajaban dos personas por día», contó Elizabeth a la vez que remarcó que como ex trabajadores ya cuentan con un abogado.
«Por lo menos que nos digan “esperen, aguanten, vemos como lo solucionamos” por lo menos humanamente, “tratemos de resolverlo”. Con responsabilidad, cara a cara, pero desmantelarlo así e irse y no decir nada. Si no nos pagan ese bono ¿Qué vamos a hacer?», culminó la trabajadora.
Cabe destacar que la mayoría de las familias damnificadas son de Alta Gracia y zonas aledañas, como Anisacate.
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