Sociedad

Mosaiquismo en honor al doctor Favaloro

A lo largo y a lo ancho de la Argentina se realizaron durante el mes de julio al menos 180 obras en reconocimiento al médico argentino René Favaloro, quien nació el 12 de julio de 1923 y murió en el mismo mes del año 2000. La propuesta que nació de Maria Loreto Mantel (mosaiquista oriunda de Buenos Aires) se llama “Corazones para Favaloro” y replicó en distintos edificios del país donde la técnica del mosaiquismo tuvo su lugar.
Todas tienen “el corazón” como elemento principal y reflejan una de las tareas principales de quien se autodefinía como “médico rural” pero que hizo tanto por la medicina cardiovascular. Cabe recordar que fue el realizador del primer bypass cardíaco, llevó adelante un total de 13.000 bypass hasta sus 69 años cuando decidió dedicarse a la enseñanza. El Departamento Santa María también tuvo espacio para este homenaje (al igual que en Laborde, Carlos Paz, Oncativo o la ciudad de Córdoba) y desplegó artistas durante varios días para plasmar sus murales en las paredes del Centro de Salud René Favaloro que se ubica en el edificio comunal de Valle de Anisacate y en la sala de espera del Hospital Illia.
Homenaje local
La obra estuvo a cargo de la mosaiquista Gladys Estela Casado que fue quien le llevó la propuesta al jefe comunal Jorge Merlo. Se trabajó en coordinación con la Directora del centro de salud Carolina García, y se realizó el 8,9 y 10 de julio. Se dió participación, además, a los vecinos que tuvieron intención de formar parte del proyecto. El mural será inaugurado en los próximos días.
En Alta Gracia, en tanto, la iniciativa corrió por cuenta de las mosaiquistas Silvia Asúa y Estela Martínez: “Vinieron a proponérmelo y no lo dudé, no solo porque se trata de un trabajo a pulmón y solidario, sino porque es un homenaje a un grande, quien entregó su vida por la ciencia, luchó por sus ideales y nosotros, todos, le debemos mucho”, aclaró Juan José López, director del hospital. En este caso, el trabajo se realizó durante los días 15, 16 y 17 de julio y contó con la participación de varias personas. “Algunos trabajaron con el árbol de la vida y a nosotras nos pareció mejor hacer sus manos en representación a las vidas que él salvo”, afirmó Asúa sobre el mural de más de 5 metros que se encuentra en la sala principal.

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