Editorial

Contrarreloj

Desde que UPC ganó las elecciones, allá por diciembre de 2011, existían rumores de que el Intendente Walter Saieg, estaría sólo un período (los dos años que establece la Carta Orgánica) y luego se retiraría para darle el lugar al vice; sin embargo al pasar el tiempo, esos trascendidos perdieron fuerza y el Jefe Comunal se afianzaba en su puesto demostrando que nada de lo que se decía era verdad.

Obras tan esperadas como el cierre del basural, la compra del Cine Monumental, las cuadras pavimentadas, la inauguración de la sub comisaría, el nuevo plan de reordenamiento urbano dieron cuenta de que el Intendente, aplicando el mejor estilo delasotista y contrarrestando el tibio gobierno radical, dejaba su huella en la ciudad; pero a pesar del polvo levantado a cada paso, existían otros emprendimientos como Colectividades (que en las últimas dos ediciones terminaron dejando pérdidas que superaron los 4 millones de pesos) o «el pesebre más grande del mundo» (que se pareció más a un acto menemista que a una celebración religiosa), los cuales confirmaban que las aspiraciones políticas se llevaban puesto todo tipo de previsión.

Desde hace algunos meses la rueda volvió a girar y los fantasmas rodearon otra vez la Intendencia. El anuncio de que Saieg se tomaría “una extensa licencia” puso en el centro de la escena la posible retirada.

Desde hace 2 semanas y a horas del regreso, se encuentra en España cumpliendo el propósito de “ejercer políticas de relación e intercambio permanentes entre ambos países sobre el patrimonio histórico-cultural” según reza uno de los comunicados de prensa enviados recientemente. ¿Es este viaje un nuevo capricho municipal?

Las complicadas relaciones que últimamente tiene con importantes empresarios locales, la poca respuesta brindada a los funcionarios de más peso de su gobierno, las ideas lanzadas al aire sin un proyecto ni sostén previos, daban cuenta que nuestro Intendente necesitaba un respiro, claro está, respiro este que puede cambiar ampliamente el futuro de las cosas.

Más allá de que se generó un clima de incertidumbre a partir del anuncio del viaje, no sólo no se modificaron las actividades que se venían realizando, sino que también el Viceintendente se posicionó aún más en su puesto.

Durante estos días vimos una intendencia activa, joven, comprometida; se pudo ver al Vice en actos públicos, discutiendo proyectos, recibiendo a los vecinos, atendiendo pequeñas y grandes cosas, en fin… se lo «pudo ver», cosa que durante este último tiempo no ocurría en relación al Jefe del Ejecutivo.

Sin dudas, Saieg está viviendo un presente contrarreloj. El tiempo corre, los compromisos políticos apremian y las ausencias son más visibles que nunca. Esperemos que al llegar de viaje y brindar la conferencia de prensa que ya anunció sobre los acuerdos realizados en España, podamos comprender que esa licencia si era necesaria y que los rumores sólo son eso, «rumores», capaces de entorpecer cualquier ¿“buena gestión”?.

 


Por Claudia Fernández

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